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Nuestro maestro Stratta
Siempre consideré “nuestro” a Ettore Stratta, famoso director de orquesta, compositor, arreglista y productor
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Domingo, 6 de Septiembre de 2015

Siempre consideré “nuestro” a Ettore Stratta, famoso director de orquesta, compositor, arreglista y productor. Italiano de nacimiento, cuando era un estudiante de música en el Conservatorio de Santa Cecilia en Roma, Ettore estuvo vinculado a Cúcuta, a través de sus padres, don Mario Stratta y doña Pierina. Ettorino, como su madre lo llamaba, pasó varias vacaciones en nuestra ciudad. Lo conocí siendo apenas una niña.

¡Quién pudiera creerlo hoy, pero el Hotel Tonchalá fue un gran hotel! Su edificio fue diseñado por un destacado arquitecto de la firma Cuellar, Serrano, Gómez y construido con los mejores estándares de la época en Colombia. La obra se finalizó en octubre de 1956, con aportes de la Nación, la Gobernación y el sector privado. Como su primer gerente fue contratado don Mario Stratta, experimentado hotelero italiano. Su esposa, doña Pierina, quien contribuía permanentemente a la supervisión de los servicios y a que las cosas estuvieran en orden, de inmediato se conectó bien en Cúcuta. Tenía una gran personalidad, era generosa y franca y hablaba duro como nosotros los cucuteños.

Allí pasaron vacaciones Ettore, el estudiante de música y, con menos frecuencia, su hermano Adalberto, estudiante de hotelería. Los dos hermanos Stratta resultaron exitosísimos en sus profesiones.

Los conocí porque mamá administraba la pequeña boutique que había en el hotel, propiedad de los Donadío, exitosos comerciantes de origen italiano. En las vacaciones mi hermana y yo frecuentábamos el Tonchalá y disfrutábamos de su piscina y sus jardines. Mamá nos dejaba meter en la piscina, siempre y cuando hubiera algún adulto que nos cuidara. A pesar de su seriedad, en varias oportunidades Ettore cumplió ese papel de niñero, con espontánea amabilidad y alegría que siempre he recordado.

Con una disciplina formidable, Ettore se pasaba sus mañanas de vacaciones en el grill del hotel, practicando el piano.

Cuando los Stratta se retiraron de la gerencia del Tonchalá, hacia finales de los cincuenta, los perdimos de vista. Sin embargo, a través de los medios de comunicación, pude de alguna manera seguir y alegrarme de los impresionantes triunfos de Ettore.

Dirigió y grabó, entre otras, con la Sinfónica de Londres, la Orquesta de Cámara Inglesa, la Orquesta Barroca de Cámara y la Filarmónica Real. Fue productor de grandes éxitos disqueros de artistas de la talla de Barbra Streisand, Plácido Domingo, Arturo Sandoval, Tony Bennet y Gilberto Gil.

Se atrevió a mezclar la música clásica, con el jazz, el bossa nova y la música popular latinoamericana. Sus arreglos y discos “Symphonic Tango”, “Symphonic Bossa Nova”, y “Symphonic Boleros”, grabados con la Orquesta Filarmónica Real, refinaron canciones populares latinoamericanas, sin quitarles su esencia musical, y  vendieron millones en el mundo entero.

Para sentirlo todavía más “nuestro”, a Ettore le faltó dirigir y producir un gran disco o concierto con música popular colombiana. Tal vez, tan temprano en sus estudios, y en sus cortas estadías en Cúcuta, Ettore no tuvo la oportunidad de acercarse más y apreciar algunas de nuestras mejores composiciones y la variedad musical de nuestras diferentes regiones.

Pero dejó un inmenso legado musical a través de sus discos y más de 50 grandes conciertos de música clásica y popular, jazz y bossa nova en teatros como Carnegie Hall y Lincoln Center in Nueva York, en los Ángeles, Londres, Rio y otras capitales norteamericanas y europeas.

Por el New York Times me enteré que Ettore Stratta falleció el pasado 9 de julio en Manhattan. Tenía 82 años. Lástima no haberlo podido ver de nuevo o asistir a sus conciertos. Pero conservo hacia él el cariño que le tuve desde mi niñez.

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