Suscríbete
Elecciones 2023 Elecciones 2023 mobile
Columnistas
Ernesto Amézquita Camacho
Yo recomiendo la obra en comento porque es un repaso general de historia política, jurídica, judicial, internacional.
Authored by
Martes, 16 de Septiembre de 2025

El pasado sábado 30 de agosto, con ocasión de celebrarse los 204 años de creación de la Gran Colombia, en el Templo Histórico de Villa del Rosario y previa convocatoria de dos grandes amigos juristas, como Rafael Humberto Villamizar Ríos y Walter Arias Moreno, nos reunimos varios abogados de Colombia y Venezuela con el objeto de dar vida al Colegio de la Abogacía Colombiana -CORPOABOCOL-. Este magno evento, que en realidad convocó tres días – viernes, sábado y domingo – estuvo pletórico de actividades académicas, históricas, culturales y gremiales.  

En el Templo Histórico de Villa del Rosario, donde improvisamos algunas palabras Rafael Villamizar Ríos, José Cuadros Suárez y este servidor, me causó sorpresa ver en el público un abogado del que hace algún tiempo era común tener noticias frecuentes en los medios de comunicación nacionales: Ernesto Amézquita Camacho. Luego, en la segunda parte del acto, ya en el Museo Casa Natal del Gral. Francisco de Paula Santander, fuimos vecinos de silla, y en un receso breve me enseñó un libro que estaba vendiendo sobre su trayectoria como abogado penalista egresado de la Universidad Libre, de Bogotá. Lo tenía en edición de lujo y rústica. Cuando hizo uso de la palabra, como miembro del Tribunal de Honor, me pidió que me acercara a la mesa principal para obsequiarme el libro autografiado y con la solicitud expresa que lo comentara.

Es un libro de 227 páginas con el título “Falacias en procesos jurídico-políticos. América Latina 1991-2023”, donde el lector desprevenido, que los hay, así ejerzan el derecho, se da un chapuzón por problemas del derecho penal, la criminología, lo penitenciario, la ausencia de política criminal, derecho internacional, la estructura del Estado, la pertinencia o rediseño de algunas instituciones estatales, entre otros. En este último caso, por ejemplo, el autor celebra la creación de la Corte Constitucional como máxima instancia de control constitucional en la rama judicial, pero a la vez se pregunta quién debe ser el guardián de la Constitución: ¿un órgano político o uno jurídico? Entonces vemos el caso de la politización de la justicia o la judicialización de la política. Y, en lo penitenciario, trae el caso de la extinta isla prisión Gorgona, como ejemplo de ausencia de una política criminal “humanista, social y moderna”.

Lo que sí hay que reconocerle a Amézquita es la “claridad y transparencia”, como él denomina algunas vivencias en su transcurrir jurídico y político. Por ejemplo, dice que “En materia de derechos humanos y garantías democráticas ciudadanas, son tan violadores los gobiernos de derecha, centro y los de izquierda”. Lo dice un abogado defensor de derechos humanos, exprocurador y exmagistrado que ejerció la defensa penal técnica de los expresidentes Alan García, Hugo Chávez y otras personalidades.

En fin, yo recomiendo la obra en comento porque es un repaso general de historia política, jurídica, judicial, internacional. Es un análisis descarnado de América Latina desde esas ópticas.


Gracias por valorar La Opinión Digital. Suscríbete y disfruta de todos los contenidos y beneficios en https://bit.ly/SuscripcionesLaOpinion .

Temas del Día