Diez meses en su trámite ya cumplió la reforma a la salud en su discusión en la Cámara de Representantes, un proyecto que muchas razones tanto de sus defensores y de sus contradictores aún tienen en vilo si la misma se puede aprobar o se hundirá definitivamente.
El martes, después de dos semanas, se retomó el debate en la plenaria de la Cámara, pero fue más lo que se discutió que lo que se aprobó, en primer lugar la solicitud de aplazar el debate hasta tanto el Ministerio de Hacienda no entregue el informe sobre la habilidad presupuestal para esta ley. Esa discusión se tomó más de dos horas y al final se negó el aplazamiento.
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Sin embargo cuando se abrió a la votación del articulado tan sólo se aprobaron diez, del grupo de más de 60 que aún quedan por votar.
Aunque se pretendió seguir votando más el quorum de los representantes se fue rompiendo y el gobierno no logró mantener las mayorías mínimas necesarias para la aprobación.
Los votos a favor el gobierno los está consiguiendo de su unificada bancada del Pacto Histórico, la mayoría de los representantes de la Alianza Verde pero sin las congresistas Katherín Miranda y Cathy Juvinao, la mayoría de los representantes del Partido Liberal y en particular con los votos del Partido de la U, colectividad que desde mayo pasado se declaró en condición de independientes.
Sin embargo ese partido está dividido frente al proyecto, al punto que hoy son más de diez los representantes que están aprobando el articulado, mientras otro grupo se margina de la votación.
Esa postura le ha generado grandes críticas a ese partido, como el senador de Cambio Radical, Carlos Fernando Motoa, sostuvo que antes de las elecciones la entonces directora Dilian Francisca Toro si decía que no iba a votar la reforma a salud, pero ahora tras haber ganado la Gobernación del Valle, no le importa que sus congresistas voten a favor la reforma.
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Desde el Partido Conservador, el otro independiente frente al gobierno, la situación es similar, aunque en el conservatismo son más los representantes que no están votando el proyecto, aunque unos pocos sí le dan el aval al gobierno.
Esa incertidumbre de no tener unas mayorías fijas son las que llevan a que este proyecto se siga votando con una gran posibilidad a que se rompa el quorum de forma permanente, tal y como pasó el martes, cuando se terminó en un enfrentamiento entre la bancada de gobierno y la oposición.
Incluso el tema sirvió para que le reprocharan al representante David Racero, que ahora sale a protestar con rudeza a la oposición de Cambio Radical y el Centro Democrático, cuando en el pasado, en el gobierno de Iván Duque, él era quien lideraba la salida de sus compañeros de bancada de la plenaria para romper el quorum.
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