El servicio de correo de Google, Gmail, es uno de los más utilizados a nivel global y es por eso que los cibercriminales buscan a través de diversos caminos robar las credenciales de acceso a las cuentas para luego cometer otros fraudes, ya sea acceder a otros servicios de la víctima, espiar el correo en busca de información, realizar estafas en su nombre o directamente comercializar las credenciales en foros de la dark web. ESET, compañía líder en detección proactiva de amenazas, explica que las formas más comunes que utilizan para robar estas credenciales son los correos de phishing y el malware, por eso acerca recomendaciones de seguridad para reducir las posibilidades ser víctima de este tipo de robos.
Lea: Hay nuevas funciones para los Grupos de Facebook
En el caso de recibir un correo alertando sobre un inicio de sesión que no se haya realizado, es importante empezar a actualizar las cuentas; siempre y cuando la persona detrás del ataque no haya cambiado la contraseña.
Los pasos que indica ESET para recuperar una cuenta robada:
En el caso de observar que hay un nuevo dispositivo conectado que no es de su propiedad, es importante ir a la opción de “No, no fui yo” y así seguir con las demás instrucciones. Además, se debe revisar todas las actividades recientes, de esta manera comprobar si hubo algún cambio de contraseña en otro servicios que se utilice.
Por otro lado, si se guardaron contraseñas en Google esto podría ser un problema, ya que si se han almacenado en el gestor de contraseñas de Google las credenciales para acceder a sitios como Amazon, Facebook o Instagram, por ejemplo, también serán accesibles para los atacantes.
Conozca: ¿Por qué los niños no están seguros en el ciberespacio?
“En estos casos recomiendan eliminar las contraseñas almacenadas en el navegador y cambiar cada una de las contraseñas por cada servicio o aplicación almacenado de forma que no se repitan. Asimismo, de haber almacenado datos de tarjetas de crédito vinculadas a una cuenta de Google es recomendable realizar un seguimiento de los movimientos de las tarjetas. Si se sospecha que alguien pudo tener acceso a esta información, es aconsejable solicitar una nueva tarjeta para evitar riesgos. En el caso de que se persista con algunos problemas en la recuperación de la cuenta, Google tiene un centro de Pregunta a la comunidad.”, comenta Sol González, Investigadora de Seguridad Informática de ESET Latinoamérica.
¿Qué pasa si modificaron la contraseña de la cuenta de Gmail?
Si efectivamente no se puede recuperar la cuenta de Gmail ya que la contraseña ha sido vulnerada y modificada; es muy probable que además el cibercriminal haya modificado los otros medios de recuperación. Sin embargo, existe una posibilidad de recuperar la cuenta: si en el dispositivo móvil aún se tiene configurada la cuenta de Gmail como cuenta principal. De ser así, ingresando al centro de recuperación, se indica cuál es la cuenta de Gmail a recuperar y se selecciona “Siguiente”. También se ingresa la última contraseña que se recuerde haber ingresado. Luego, a pesar de ingresar una contraseña que no sea correcta (ya que el cibercriminal la modificó) se brinda la opción de verificarlo a través del dispositivo configurado como segundo factor de autenticación.
Entérese: Tendencias en redes sociales que ayudan a crecer su negocio
En el caso de que tampoco se tenga el dispositivo celular a mano para realizar la comprobación, como último hito de comprobación enviará un correo de recuperación a la cuenta de Gmail que hemos dejado configurada cuando se creó la cuenta. A los segundos llegará un mail a la bandeja de entrada para la recuperación de la cuenta.
Las recomendaciones de ESET para de evitar el robo de una cuenta de Gmail son:
- Mantener siempre activa la autenticación en dos pasos (2FA): esta capa de seguridad adicional evitará que dependas únicamente de la contraseña como mecanismo de protección para acceder a una de las cuentas.
- Configurar las opciones de recuperación de cuenta: puede ser a través de otra dirección de correo o incluso hasta con un número de teléfono.
- No almacenar contraseñas en el navegador: en su lugar utilizar un administrador de contraseñas aparte, como Keepass.
- Comprobar regularmente que las últimas actualizaciones de seguridad disponibles fueron instaladas.
- Utilizar contraseñas fuertes y únicas para cada uno de los servicios y sitios online.
- Eliminar todas las aplicaciones o extensión del navegador que no se utilicen.
- Monitorear todas las cuentas para detectar actividades sospechosas, especialmente las cuentas bancarias.
- Instalar un producto antimalware/antivirus en cada uno de los dispositivos.
Gracias por valorar La Opinión Digital. Suscríbete y disfruta de todos los contenidos y beneficios en http://bit.ly/SuscripcionesLaOpinion