¿Nunca dos sin tres? La hipótesis de que una tercera dosis sea necesaria para todas las personas vacunadas contra el covid-19 es discutible, pero las autoridades sanitarias consideran que es demasiado pronto para decidir, aunque algunos países ya la aplican para algunas poblaciones frágiles.
¿Por qué esta idea?
El debate cobró cuerpo cuando la alianza Pfizer/BioNTech anunció el 8 de julio que pronto solicitaría la autorización para una tercera dosis en Estados Unidos y en Europa. Según estos laboratorios, el objetivo es garantizar una mayor protección inmunitaria a las personas que ya fueron vacunadas con dos dosis.
“Aunque la protección contra los casos graves de la enfermedad sigue siendo alta durante seis meses, se espera una disminución de su eficacia contra los casos sintomáticos a lo largo del tiempo y la aparición de variantes”, afirmó Pfizer/BioNTech, para quien “una tercera dosis podría ser necesaria entre 6 y 12 meses después” de la segunda.
A continuación, representantes de Pfizer defendieron su causa ante las autoridades sanitarias estadounidenses.
Se trata de “prepararse para la eventualidad de que se pueda necesitar un refuerzo”, comentó el martes en CNBC el consejero médico de la Casa Blanca, Anthony Fauci.
“Pero eso no significa necesitaremos un refuerzo y que todo el mundo tendrá uno. Todavía no hemos inyectado las dos primeras dosis a suficientes personas”, precisó.
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¿Qué dicen las autoridades sanitarias?
En este momento, no están considerando recomendar una tercera dosis de vacuna para toda la población que ya recibió dos.
“Es demasiado pronto para confirmar cuándo será necesario un refuerzo para las vacunas contra el covid-19”, señalaron la Agencia Europea del Medicamento (EMA) y el Centro Europeo para el Control y la Prevención de Enfermedades (ECDC) en un comunicado el miércoles.
“Las campañas de vacunación y los estudios en curso no aportaron todavía datos suficientes sobre la duración de la protección de las vacunas, y hay que tener en cuenta la propagación de las variantes”, afirman estas instancias, que, sin embargo, se declaran dispuestas a reaccionar si los conocimientos evolucionan.
El presidente del Comité de Emergencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Didier Houssin, indicó el jueves que “hoy los datos científicos no justifican realmente” la inyección de una tercera dosis, “si se considera la situación a nivel mundial”.
Según el experto francés, esto podría incluso “agravar la desigualdad en el acceso a las vacunas” al privar de dosis a países que ya tienen dificultades para inyectar las dos primeras.
El presidente húngaro, Viktor Orban, anunció el viernes que a partir del 1 de agosto será posible una tercera vacuna para las personas cuya segunda dosis data de al menos cuatro meses.
A diferencia de otros países de la UE, en los que no están autorizados, Hungría utiliza en gran medida las vacunas chinas Sinopharm y rusa Sputnik V en su campaña de vacunación
¿Útil para las personas frágiles?
Aunque no se llegó a un consenso respecto a toda la población vacunada, algunos países ya comenzaron a inyectar una tercera dosis a las personas cuyo sistema inmunitario está debilitado, por ejemplo, debido a un trasplante de órgano, cáncer o insuficiencia renal.
En estos pacientes, la respuesta inmunitaria es menos buena que en las personas sanas, lo que puede perjudicar potencialmente la eficacia de la vacunación. Esta debilidad inmune puede provenir de los problemas de salud de estos pacientes, pero también de los medicamentos que toman para tratarlos.
Es el caso, por ejemplo, de los trasplantados, que siguen tratamientos destinados a reducir las defensas inmunitarias para evitar el rechazo del órgano trasplantado.
Francia e Israel comenzaron a inyectar una tercera dosis a este tipo de pacientes. “Datos recientes demostraron que la respuesta inmune a los anticuerpos producidos después de dos dosis de vacuna es insuficiente en personas gravemente inmunocomprometidas”, había señalado en mayo el consejo de orientación de la estrategia vacunal francesa.
Por su parte, el ministerio de Salud israelí invoca “el aumento del número de casos en las últimas semanas y el alto riesgo que plantea para los pacientes inmunodeficientes afectados por graves enfermedades”.
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¿Útil para los ancianos?
El presidente francés Emmanuel Macron anunció el lunes que una “campaña de refuerzo” comenzaría “a principios de septiembre” para las personas vacunadas “en enero y febrero”.
En ese momento, las personas de edad, tanto si vivían en Ehpad como en sus hogares, eran las principales vacunadas en Francia.
Macron se basó en un dictamen del consejo científico creado por el gobierno durante la pandemia. Es necesario “anticipar desde ahora una revacunación de las personas mayores de 80 años que residan en Ehpad o en su domicilio”, afirmó este consejo.
“Los datos científicos en apoyo de esta propuesta son todavía limitados, pero teniendo en cuenta los primeros estudios que muestran una disminución más temprana de los niveles de anticuerpos en esta población y el impacto importante posible en el sistema de asistencia sanitaria, esta propuesta parece razonable”, prosigue el consejo.
Incluso aconseja “anticipar que se podría evolucionar hacia una dosis de refuerzo también para personas de menos edad, en función de la situación sanitaria”.
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