En Colombia, el cáncer de cuello uterino es la primera causa de muerte por cáncer entre mujeres de 30 a 59 años, de acuerdo con el Ministerio de Salud. En esos casos, el Virus del Papiloma Humano (VPH) es el primer agente causal de este tipo de cáncer;solo dos cepas de VPH de alto riesgo (16 y 18) causan más del 70% de los cánceres de cuello uterino, pero pueden detectarse fácilmente con las técnicas y los profesionales correctos, un mal procedimiento podría llevar a falsos negativos que retrasarían el diagnóstico y la supervivencia de las pacientes.
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Ante esa realidad, la citohistotecnología ha reafirmado su potencial para detectar el VPH y el cáncer de cuello uterino con mayor efectividad. Esta disciplina se encarga de capacitar personal en el área de la citología -especialidad enfocada en el estudio de las células-, y la histotecnología –el análisis de la composición y estructura de los tejidos anatomopatológicos, para la identificación y tratamiento en este casodel cáncer de cuello uterino, haciéndole seguimiento a sus alteraciones premalignas y malignas.
De acuerdo con Martín Poveda, decano de la Facultad de Tecnologías de la Salud de la Fundación Universitaria de Ciencias de la Salud (FUCS), “los egresados de esta disciplina están capacitados para estudiar de manera integral las citologías que se realizan las mujeres y procesar el tejido humano para la identificación y estudio de alguna posible enfermedad;en la FUCStenemos el único plan académico enCitohistología con acreditación de alta calidad en Colombia”.
Telepatología, clave para identificar la enfermedad a tiempo.
En 2020, según cifras de la Organización Mundial de la Salud, en Colombia se presentaron 4.742 casos nuevos y 2.490 muertes por cáncer de cuello uterino. En esos escenarios, el co-test es el método tradicional para detectar esta enfermedad; se trata de una prueba molecular realizada en un laboratorio para el Virus del Papiloma Humano (VPH) y con la Citología Cérvico Uterina(CCU).
Esta tecnología permite que se realice un estudio de calidad para el adecuado diagnóstico de la complicación. Sin embargo, aunque la citología está planteada para realizarse cada 3 o 5 años, Poveda recalca que, en el caso colombiano, “se recomienda que se realice de manera anual, por el contexto social y económico”.
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Aun así, muchas mujeres encuentran grandes obstáculos a la hora de cumplir con esta cita, ya sea por razones de conectividad terrestre, o por cuestiones personales y familiares. En esas circunstancias, la telepatología, entendida como el análisis de las muestras patológicas de un paciente a la distancia y a través de las tecnologías TIC, se ha convertido en una atractiva solución para atender y hacerle seguimiento a la salud de las pacientes, sin importar la distancia ni su lugar de procedencia.
La telepatología, fruto de la digitalización que ha tenido el sector enlos últimos años, permite“reducir los tiempos que debe esperar una persona para recibir respuesta de su situación médica. Esto, a largo plazo, conlleva a una reducción de costos y tiempo de transporte”, señala Poveda.
Finalmente, el decano resalta que, ante esas realidades, los citohistotecnólogos se han venido adaptando a las necesidades que tienen los procesos de la salud y los pacientes, actualizando y mejorando sus métodos de atención para una mayor eficiencia. “Trabajar en tener citohistotecnólogos con amplios conocimientos y vocación de servicio, es un pilar fundamental para mejorar esta práctica en el país”, concluye Martín Poveda.
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