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El papel de los antioxidantes, antiinflamatorios y antitrombóticos en la prevención y tratamiento de la COVID-19 

El tratamiento con antioxidantes como base, es una forma de evitar la inflamación excesiva y el daño celular que conducen a una infección grave.

La lucha conjunta contra la COVID-19 ha permitido que cerca de 900 millones de personas alrededor del mundo hayan sido totalmente vacunadas contra el virus que puso en jaque a la humanidad.  

No obstante, aún queda mucho camino por recorrer, es por esto que las comunidades médicas y científicas recomiendan no bajar la guardia y continuar con aquellas medidas que, desde la prevención, el tratamiento y el manejo adecuado de las secuelas, permitan seguir haciendo frente a esta enfermedad de manera segura y eficaz. 

El papel de los antioxidantes en la prevención

En términos de prevención, Carlos Arturo Guerrero Fonseca, médico virólogo, genetista e investigador, con más de 30 años de experiencia en el estudio de los virus, insiste en el uso de antioxidantes en el manejo preventivo de las infecciones virales, incluyendo el Sars-Cov-2. Destaca la efectividad de la N-Acetilcisteína (NAC), tras comprobar que combate el mecanismo oxidativo intracelular.

“El estrés oxidativo está asociado con cambios encontrados en pacientes con COVID-19, participando en la amplificación y perpetuación de la tormenta de citocinas, coagulopatía e hipoxia celular. El uso de antioxidantes ayuda a generar un ambiente no propicio para la replicación viral, disminuyendo el número de viriones por célula infectada. De todos los antioxidantes conocidos el más antiguo y estudiado es la N-Acetilcisteína, que en diferentes dosis puede reducir eficazmente la replicación viral y aliviar significativamente el daño de los neumocitos, así como las respuestas inmunes excesivas”. 

Eficacia en el tratamiento de la enfermedad

El tratamiento con antioxidantes que incluyen N-Acetilcisteína como base, es una forma de evitar la inflamación excesiva y el daño celular que conducen a una infección grave por COVID-19.  Por lo tanto, según Guerrero, “administrar N-Acetilcisteína en forma temprana   como intervención, es una de las formas más eficaces de evitar complicaciones asociadas”.  

“Se ha demostrado que tras la administración de N-Acetilcisteína, se logra un menor deterioro en la capacidad respiratoria, que desde el punto de vista pulmonar se llama capacidad vital, o sea, la cantidad máxima de aire que una persona puede expulsar de los pulmones tras una inhalación máxima”, aseguró el neumólogo Abraham Alí Munive, intensivista e internista y director médico de la Fundación Neumológica Colombiana.    

Así mismo, en temas de calidad de vida, “hemos observado que los pacientes afectados por COVID-19 logran superar con menor dificultad una prueba llamada Caminata de 6 minutos (PC6M - Cantidad máxima que una persona puede recorrer durante seis minutos), que aquellos que no reciben la N-Acetilcisteína”, agregó el especialista.  

De igual forma, entendiendo que este virus puede producir fibrosis pulmonar, existe el beneficio de análisis indirecto que revela que con la N-Acetilcisteína se puede tener disminución de este daño. 

Sus propiedades comprobadas como mucolítico, antitrombótico y antiinflamatorio hacen que este medicamento sea reconocido así mismo, como tratamiento coadyuvante en Covid-19, según estudios publicados en 19 países. 

Coadyuvante en la inmunización de la COVID-19 

A los beneficios de esta molécula, se suma su papel en la inmunización.  Para el médico Guerrero, la vacuna contra la COVID 19, en gran parte, ha utilizado como base los conocimientos de inmunización previa, en influenza, VIH, adenovirus, rotavirus, etc., en dónde N-Acetilcisteína ha demostrado un impacto positivo como coadyuvante. 

“Hay una estrecha relación entre los procesos inflamatorio, ROS y liberación de citoquinas, al igual que en los procesos de inmunomodulación y de inmunización, dado que la N-Acetilcisteína estimula la respuesta inmune tipo T, mecanismo fisiopatológico que comparte la inmunización, en este caso de COVID 19”, agregó el virólogo, coordinador del Laboratorio de Biología Molecular de virus de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Colombia.  

Es así como la N-Acetilcisteína se convierte en un complemento de la vacunación, que ayuda a promover respuestas inmunes apropiadas contra patógenos tanto a niveles innatos como adaptativos. Para Guerrero “el papel de esta molécula como coadyuvante en la activación del sistema inmunológico es fundamental si queremos atacar la COVID -19 de forma rápida y segura”.  

La N-Acetilcisteína hace parte del listado de medicamentos priorizado para uso en pacientes que cursan con COVID-19, que consolida la revisión realizada en trabajo conjunto del Fondo Nacional de Estupefacientes, la Dirección de Medicamentos y Tecnologías del Ministerio de Salud y Protección Social y las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre los medicamentos esenciales para el manejo de pacientes con sospecha o diagnóstico confirmado de COVID-19. 

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Este listado incluye a su vez, las recomendaciones de la Sociedad Colombiana de Anestesiología y Reanimación (SCARE) y la Asociación Colombiana de Medicina Crítica y Cuidado Intensivo (AMCI), para un seguimiento intensificado que permita afrontar la emergencia sanitaria actual en el país.

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Viernes, 16 de Julio de 2021
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