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El estado en que se encuentra el Archivo Histórico Notarial de Cúcuta ha
despertado preocupación entre los amantes de la historia,
dada la importancia que representa para la ciudad y el departamento.
La documentación, que reposa en la Academia de Historia de Norte de Santander, está constituida por más de 530 tomos de protocolo notarial en un seriado que viene desde 1762 hasta 1940. La información está almacenada en 320 cajas.
La página 268 del fascículo número 33 de la Enciclopedía del Centenario de Norte de Santander reza que este acervo histórico está
condenado a su extinción definitiva, porque carece de las condiciones de depósito, preservación y protección adecuadas.
Agrega que se encuentra expuesto a la contaminación de los automotores, al polvo y la suciedad del ambiente, así como expuesto a la
luz y carente de medios ideales para su servicio y manejo.
“Estamos trabajando para mejorar las condiciones en que se encuentra la documentación, lo que pasa es que se necesita una gran
inversión económica y como somos una entidad sin ánimo de lucro nos toca avanzar por nuestros propios medios”, comentó Gustavo
Gómez Ardila, Secretario General de la Academia de Historia de Norte de Santander.
Antes de llegar a la Academia de Historia, los archivos se encontraban empacados en costales y a la intemperie. En el teatro
municipal de Cúcuta se hallaban sometidos a las acciones del clima y de las plagas.
Entre 1996 y 1997 se emprendió un proyecto de recuperación de este Archivo con el apoyo del Gobierno departamental y de otras
instituciones del estado.
“Hace cerca de 20 años los documentos estaban tirados en el sótano del Teatro Municipal. Allí duraron muchos años aguantando la
arremetida de las plagas y de la tierra. La academia ha tratado de recuperarlos poco a poco y de ponerlos al servicio de la
comunidad, pero no se puede hacer todo el proceso de una vez”, explicó Gómez Ardila.
En aquél entonces, la documentación se recogió y se almacenó en cajas. Luego se registró en una base de datos o medios de consulta.
El trabajo fue realizado por los historiadores Silvano Pabón Villamizar y María Yolanda Suárez Plata.
Silvano Pabón comentó que es preocupante y alarmante la situación en que se encuentran los archivos, que requieren una pronta
intervención para evitar que desaparezcan y se pierda esta parte tan esencial de la historia.
Para llevar la tarea a cabo se requiere del compromiso del Gobierno y de las instituciones públicas y privadas.
dada la importancia que representa para la ciudad y el departamento.
La documentación, que reposa en la Academia de Historia de Norte de Santander, está constituida por más de 530 tomos de protocolo notarial en un seriado que viene desde 1762 hasta 1940. La información está almacenada en 320 cajas.
La página 268 del fascículo número 33 de la Enciclopedía del Centenario de Norte de Santander reza que este acervo histórico está
condenado a su extinción definitiva, porque carece de las condiciones de depósito, preservación y protección adecuadas.
Agrega que se encuentra expuesto a la contaminación de los automotores, al polvo y la suciedad del ambiente, así como expuesto a la
luz y carente de medios ideales para su servicio y manejo.
“Estamos trabajando para mejorar las condiciones en que se encuentra la documentación, lo que pasa es que se necesita una gran
inversión económica y como somos una entidad sin ánimo de lucro nos toca avanzar por nuestros propios medios”, comentó Gustavo
Gómez Ardila, Secretario General de la Academia de Historia de Norte de Santander.
Antecedentes
Antes de llegar a la Academia de Historia, los archivos se encontraban empacados en costales y a la intemperie. En el teatro
municipal de Cúcuta se hallaban sometidos a las acciones del clima y de las plagas.
Entre 1996 y 1997 se emprendió un proyecto de recuperación de este Archivo con el apoyo del Gobierno departamental y de otras
instituciones del estado.
“Hace cerca de 20 años los documentos estaban tirados en el sótano del Teatro Municipal. Allí duraron muchos años aguantando la
arremetida de las plagas y de la tierra. La academia ha tratado de recuperarlos poco a poco y de ponerlos al servicio de la
comunidad, pero no se puede hacer todo el proceso de una vez”, explicó Gómez Ardila.
En aquél entonces, la documentación se recogió y se almacenó en cajas. Luego se registró en una base de datos o medios de consulta.
El trabajo fue realizado por los historiadores Silvano Pabón Villamizar y María Yolanda Suárez Plata.
Silvano Pabón comentó que es preocupante y alarmante la situación en que se encuentran los archivos, que requieren una pronta
intervención para evitar que desaparezcan y se pierda esta parte tan esencial de la historia.
Para llevar la tarea a cabo se requiere del compromiso del Gobierno y de las instituciones públicas y privadas.