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Así fue como los militares venezolanos ayudaron a los ‘paras’ en la frontera, según Mancuso
El excomandante de las autodefensas entregó detalles sobre esta relación ante la JEP.
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Categoría nota
Viernes, 12 de Mayo de 2023

En su segundo día de audiencia única de verdad ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), el excomandante del Bloque Catatumbo de las Autodefensas Unidas de Colombia, Salvatore Mancuso, reveló datos no conocidos sobre la participación de las fuerzas militares venezolanas en la arremetida violenta de los paramilitares en esta zona de frontera.


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Como había anticipado el martes durante el acto de reconciliación y responsabilidad extrajudicial que tuvo lugar en Juan Frío (Villa del Rosario), donde funcionó uno de los hornos crematorios usado para desaparecer a las víctimas, Mancuso insistió en que al menos 200 cuerpos fueron dejados en territorio vecino o arrojados al río para que terminaran al otro lado de la línea limítrofe.

Sin embargo, ayer, el exjefe paramilitar, quien busca ser aceptado por la JEP, fue más allá y señaló que para estos traslados hubo una coordinación previa con la Fuerza Pública y los militares de Venezuela, aunque durante la diligencia dijo que no recordaba con exactitud los nombres de quienes participaron en estas acciones.

“En Venezuela se coordinó con unos militares, no tengo los nombres, pero allá hay cementerios con más de 200 personas en San Cristóbal, Ureña, San Antonio, la Fría y Boca de Grita. Otros fueron arrojados al río y también aparecieron en Venezuela. Estos hechos de los cementerios de Venezuela empiezan desde el año 2002 en adelante, aproximadamente”, le dijo Mancuso a los magistrados que presidieron la audiencia y ante quienes se presentó de manera virtual.

El excomandante paramilitar aseguró que las víctimas provenían de Cúcuta, Los Patios, Chinácota, Pamplona, El Zulia, a quienes sindicaban de estar relacionados con la guerrilla o terminaron siendo objeto del control territorial, social y político que ejercían las autodefensas en el área metropolitana de Cúcuta.


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Según el relato de Salvatore Mancuso, la participación de Venezuela se da de manera paralela a la historia de los hornos crematorios que horrorizaron a Villa del Rosario y marcaron para siempre la vida de este municipio fronterizo.

“En 2001 la Fiscalía estaba cerca de encontrar una fosa común en la que teníamos aproximadamente 50 personas que se habían capturado, asesinado y se iban enterrando en un cementerio clandestino en Villa del Rosario. Se traen estos cuerpos y se incineran en el horno crematorio que se hace en Juan Frío (Trapiche viejo). También se instaló otro horno en una finca en Puerto Santander llamada Pacolandia”, recordó.

El exjefe del Bloque Catatumbo que operaba en el departamento contó que cuando los comandantes paramilitares que estaban en la zona deciden destruir el horno, empezó una práctica diferente que fue arrojar las víctimas a territorio venezolano. “Algunos miembros de autodefensas ingresaron hasta Venezuela, para dejar fosas en ese país”, dijo.

En su intervención, Mancuso aseguró que tanto la desaparición de cuerpos, como la decisión de trasladarlos a Venezuela se da por cuenta de la presión de las Fuerzas Militares sobre Carlos Castaño, comandante de las AUC, pues estaban preocupados por la cantidad de muertos reportados y las alertas que empezaron a hacer las organizaciones defensoras de derechos humanos.

“Hay una situación muy novedosa a la que voy a hacer referencia (en la audiencia) y es que, producto de estas presiones, el comandante Carlos Castaño nos ordena a todos los comandantes que había que desaparecer a las personas, la mayor cantidad que pudiésemos, los que se asesinaban por parte de las autodefensas. Así que, Jorge Iván Laverde (El Iguano) decide usar unos hornos y convertirlos en una máquina de incinerar personas. Allí se incineraron muchas personas”, señaló.


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Como lo dijo el martes, Salvatore Mancuso manifestó, ayer, públicamente ante la JEP su intención de participar en la recuperación de esos 200 cuerpos que, asegura, están enterrados en fosas comunes en Venezuela y pidió que en el terreno donde funcionó el horno crematorio de Juan Frío se decreten medidas cautelares, con el fin de que pueda ser intervenido y se convierta en un verdadero monumento a la memoria de las víctimas.

Los hornos crematorios de Juan Frío fueron un símbolo del horror paramilitar en la frontera./Foto La Opinión

 

Golpe de Estado a Chávez

Durante la audiencia ante la justicia especial, Salvatore Mancuso hizo otra revelación sobre la relación entre los paras y los militares venezolanos.

El excomandante paramilitar aseguró que un general del vecino país, acompañado por su hijo y algunos políticos vinieron a Colombia a proponerles a las autodefensas que los acompañaran a propinarle un golpe de Estado al entonces presidente de Venezuela, Hugo Chávez.

“Vinieron a la zona de Córdoba, a Tierra Alta, a reunirse con nosotros (Carlos Castaño y Mancuso) y proponernos que los acompañáramos a derrocar, asesinar a Hugo Chávez. Esa propuesta vino de parte del generalato de las fuerzas militares venezolanas, pero nosotros no quisimos asumir semejante responsabilidad. Carlos hasta se les enojó con la situación un poco”, relató.


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En su lugar, lo que les propusieron fue que enviaran a militares venezolanos para que los paras los entrenaran y así cumplir con el plan que tenían de tumbar a Chávez.

“Finalmente no los enviaron, pero luego hubo algunos miembros de las autodefensas del Bloque Catatumbo que tuvieron contacto con este general y estos políticos, y se fueron hacia Venezuela con muchas personas de las autodefensas y otros que estaban en Venezuela. Entre ellos estaba el soldado Misael Valero, que sirvió de guía cuando ingresamos al Catatumbo, en 1999”, aseguró Mancuso.

En la declaración voluntaria entregada ayer a la JEP, el exjefe paramilitar recordó, una vez más, cómo fue el ingreso de esa organización al Catatumbo y les reiteró a los magistrados que la incursión a sangre y fuego a este territorio se dio con la plena coordinación y apoyo del Ejército.

“Se habló con el general Mario Fernando Roa Cuervo, con él se planificó, le dijimos que necesitábamos el apoyo de la tropa y él dijo que coordinaba todo. En la zona se habló con el coronel Matamoros, sobre el terreno con el comandante del Batallón Saraguro, el mayor Mauricio Llorente y con él se organiza el ingreso”, contó.

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