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La guerra entre Porras y Pepino ya deja al menos 50 muertos en Cúcuta
La Policía Metropolitana sigue manteniendo su estrategia de seguridad para tratar de frenar la racha de asesinatos.
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Categoría nota
Martes, 2 de Julio de 2024

Hace 47 días, Ever Carreño Corredor, mejor conocido como Porras y quien está recluido en el pabellón de máxima seguridad de la cárcel La Picota de Bogotá, le habría declarado la guerra a un desertor de su organización criminal, alias Pepino, y para aniquilarlo aprovechó la alianza que tiene con Los AK47, otra temible banda de Cúcuta.

Porras les habría asegurado a sus hombres y aliados, quienes reciben las órdenes por medio de videollamadas, que no permitiría que Pepino se quedara con su territorio y por eso necesitaba que lo mataran al igual que a quienes estuvieran a su lado apoyándolo.


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Y fue así como la racha de homicidios en Cúcuta se comenzó a incrementar a partir del pasado 15 mayo. El primero en caer fue Roger Nacin Trimiño Vargas. Su asesinato sucedió a una cuadra del Palacio de Justicia

Luego, al otro día, mataron José Luis Pabón Ojeda, papá de Pepino, a media cuadra de donde ocurrió el homicidio de Trimiño Vargas. A partir de ahí, esta guerra sanguinaria no ha parado y ya estaría dejando al menos medio centenar de asesinatos.

El sector céntrico de Cúcuta y los barrios San Miguel y Cundinamarca han sido los más afectados por esta oleada violenta. Además, las amenazas por medio de videos, llamadas y panfletos, también está desatada, afectando a comerciantes, cambistas y periodistas.

Lo peor de todo es que este enfrentamiento habría llevado a que Pepino buscara un aliado fuerte como lo es la disidencia del Frente 33 de las Farc, que, según una fuente judicial, ya habría enviado a por lo menos 15 matones a la capital de Norte de Santander para arremeter contra Porras y Los AK47.

Una clara muestra sobre esa supuesta alianza con la disidencia sería un video que hace unas semanas circuló por redes sociales, en el que alias Richard dice que enfrentarían a Los AK47 porque la gente en Cúcuta estaba cansada de ellos.

Precisamente, esta supuesta guerra de bandas sería una de las justificaciones que tiene la Policía Metropolitana (Mecuc) para argumentar que los crímenes en la capital nortesantandereana se han disparado.

Según las cifras de la Mecuc, en el área metropolitana de Cúcuta, durante el primer semestre de 2024 se registraron 204 homicidios, mientras que en el mismo periodo del año pasado hubo 181.

Roger Nacin Trimiño Vargas

Pero si analizamos solo en Cúcuta, los asesinatos entre enero y junio de este año llegaron a 150, mientras que en el mismo periodo de 2024, se registraron 128. Lo que quiere decir que se ha dado un incremento de 22 crímenes.

Las estadísticas también muestran que junio de 2024 tendría los mismos homicidios de ese mes en 2023 (38).

Otra visión

Sin embargo, Kenny Sanguino, investigador de temas de migración y criminalidad, consideró que la situación de violencia de Cúcuta no solo pasa por esos ataques entre  organizaciones criminales, sino que hay algo más relevante.

“Los tres tipos de conflictividad que estaban en el área metropolitana, que eran las trochas, el Catatumbo y la interna, se han mezclado cada vez más. Por lo menos podemos ver la masacre (de la semana pasada) que fue entre Los Patios y Villa del Rosario, antes eso se presentaba en la línea fronteriza, no con esas condiciones y con un carro quemado”, explicó.

Y el experto añadió: “yo siento que lo que antes parecía estar separado (criminalidad) ahora termina uniéndose en Cúcuta. Eso se da porque las rentas ilegales de estos grupos son escasas y se desplazan  hacia la ciudad con el fin de captar extorsiones, microtráfico y controles de zonas”.

Lo peor de todo, es que para este experto en criminalidad, la situación de violencia en la ciudad y el área metropolitana no podría mejorar. “Ante todo esto, Cúcuta va a tener este año un repunte de homicidios exageradamente alto y va estar en peores condiciones que el año pasado”, notificó Sanguino.

Isaac Morales, coordinador de la línea de convivencia y seguridad ciudadana de la Fundación Paz y Reconciliación (Pares), también sostiene que “Cúcuta, como otras ciudades en el país, evidencia ciertas dinámicas criminales que vendrían ligadas a lo que pasa en el Catatumbo y por la cercanía con la frontera con Venezuela, donde confluyen la extorsión, la venta de drogas, secuestros, la trata de personas e instrumentalización de población migrante, que termina constituyéndose como un negocio rentable para esos grupos”.


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Y precisamente, Pares en un reciente estudio identificó 20 organizaciones que hacen presencia y tienen injerencia en la regulación de los mercados de la criminalidad y el control social y territorial en la capital de Norte de Santander.

 “De estos grupos: 3 corresponden al Eln, gaitanistas (Clan del Golfo) y disidencia de las Farc; 6 bandas como Pelusos, Los AK47 y Los Porras; y otras 11 estructuras criminales que tienen un alcance barrial”, precisó el reporte.

Ante este oscuro panorama que se vive en la capital de Norte de Santander, Enrique Pertuz, director de la Corporación Red Departamental de Defensores de Derechos Humanos, advirtió que varias organizaciones sociales están planeando adelantar una estrategia similar a la que se está haciendo en Medellín y Buenaventura, donde se sientan a dialogar con estructuras ilegales urbanas para llegar a un acuerdo de paz.

“En una ciudad como Cúcuta donde las oportunidades para los jóvenes son muy escasas y al gobierno local no le interesa invertir en temas sociales y comunales, es muy complejo, y ahí es donde entran las bandas a captarlos”, recordó Pertuz.

¿El resto de delitos están controlados?

Pese a esta situación que se viene presentando en Cúcuta, con el aumento en los asesinatos, que preocupa a la comunidad, en la Policía Metropolitana consideran que están haciendo un buen trabajo, pues a pesar de la racha de homicidios, las cifras de otros delitos como el hurto, lesiones personales o secuestros, entre otros, han bajado.

“Nosotros venimos haciendo un trabajo riguroso y sostenido. Nuestros hombres están las 24 horas del día en las calles, pendientes a todo lo que pasa y gracias a eso, muchas cifras estadísticas han caído”, sostuvo el coronel Édgar Correa, subcomandante de la Mecuc.

“Lamentablemente el homicidio y la extorsión son dos delitos que afectan mucho a la seguridad ciudadana, pero ahí estamos trabajando en eso y hemos capturado a varios sicarios, además, constantemente venimos golpeando estructuras criminales como la de Porras y Los AK47. Los allanamientos también se han incrementado, semanalmente adelantamos 20 diligencias”, anotó.

Ataques con granadas Los AK47

Según las cifras suministradas por el oficial, en los primeros seis meses de 2024 fueron desarticuladas nueve estructuras ilegales, 42 ollas fueron desmanteladas, 26 sicarios cayeron en poder de las autoridades, se incautaron de 262 armas, 2.640 personas han sido capturadas por diferentes delitos y se decomisaron 736 kilos de drogas.

“Acá no pueden decir que la Policía Metropolitana no viene trabajando, nosotros tenemos un objetivo y es brindar la mayor seguridad a la ciudad y precisamente como en este momento tenemos unos planes rigurosos en diferentes puntos de Cúcuta, los criminales lo que están haciendo es cometiendo asesinatos en partes alejadas para que nuestros policías se muevan y así ellos volver a delinquir, pero no nos vamos a mover un centímetro”, agregó el coronel Édgar Correa.

Sobre este balance positivo que entrega el subcomandante de la Mecuc, Kenny Sanguino señaló que las datos siempre es bueno contrastarlos y evaluarlos para ver en qué se ha avanzado y qué se debe mejorar.

“Acá el problema es que como solo tenemos una sola fuente estadística, es muy difícil hacer una evaluación, por eso la Alcaldía de Cúcuta debería tener un observatorio de seguridad para tener con que comparar y así saber lo que verdaderamente está pasando”, explicó el experto en criminalidad.

Además, se plantearon consideraciones sobre la necesidad de trabajar en una política pública contra la criminalidad, con estrategias de seguridad integrales para solucionar problemas sociales como las faltas de oportunidades para los jóvenes al igual que el desempleo y la informalidad.


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