En marzo pasado, cuando el presidente Gustavo Petro se alistaba para entrar en su séptimo mes de gobierno tuvo que enfrentar uno de los momentos más complejos de lo que lleva como mandatario en apenas un año, las revelaciones de actuaciones de su hijo mayor, el diputado Nicolás Petro y su hermano Juan Fernando Petro.

El primero, muy vinculado en la campaña presidencial y de la cual según contó su exesposa Day Vásquez se lucró, al parecer en beneficio propio, con más de 600 millones de pesos, al parecer recibidos por el exnarcotraficante Samuel Santander Lopesierra, mientras que su hermano, dedicado a trabajar en asuntos de paz con organizaciones sociales, fue señalado de vender cupos a cabecillas de grupos ilegales para ser negociadores y tener beneficios.

Esa situación le llevó a que el jueves 2 de marzo tuviera que emitir un comunicado de prensa, en donde le solicitaba a uno de sus principales contradictores, el fiscal Francisco Barbosa, que investigara a sus familiares. “Debido a la información que se rumora en la opinión pública sobre mi hermano Juan Fernando Petro y mi hijo Nicolás Petro, le pido al fiscal general adelantar todas las investigaciones necesarias y determinar posibles responsabilidades”, indicó de manera concreta.

“Mi compromiso con Colombia es lograr la paz y quien quiera interferir en ese propósito o sacar provecho personal de este, no tiene cabida en el Gobierno, incluso si son miembros de mi familia. Confío en que mi hermano y mi hijo puedan demostrar su inocencia, pero respetaré las conclusiones a las que llegue la justicia”, explicó más adelante ese pronunciamiento.

Unos días después de haber estallado ese escándalo, el mandatario sostuvo en una entrevista que él no estuvo durante el crecimiento de su hijo. "Realmente nunca tuvimos la oportunidad de convivir, no lo crie, esa es la realidad", declaró a Cambio.

Y lo que se esperaba sucedió. La Fiscalía General de la Nación capturó a Nicolás Petro y a su exesposa Vásquez para que respondan en el caso de él por los delitos de lavado de activos y enriquecimiento ilícito y Daysuris del Carmen Vásquez Castro por los punibles de lavado de activos y violación de datos personales por hechos ocurridos desde 2022 a la fecha.

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Petro, tras la captura, respondió que "A mi hijo le deseo suerte y fuerza. Que estos sucesos forjen su carácter y pueda reflexionar sobre sus propios errores".

Más escándalos

Ese no ha sido el único escándalo o momentos difíciles que haya vivido en estos meses el presidente de la República con los miembros de su familia. Con su esposa Verónica Alcocer y en un tono menor con respecto a Nicolás y su hermano, ella también ha marcado su estilo.

La Primera Dama, desde que asumió Petro, ha demostrado tener una mayor influencia en el Ejecutivo y en la toma de decisiones directamente.  De Alcocer se ha dicho que ha influido en que hayan llegado a cargos en el Gobierno personas muy allegadas a ella, entre ellos la directora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), Concepción Baracaldo; el fotógrafo Mauricio Vélez y la consejera para la Reconciliación Nacional, Eva Ferrer. Baracaldo incluso aseguró que fue la esposa del presidente quien le ofreció ocupar el cargo.

Alcocer igualmente ha figurado de manera especial porque sin ser funcionaria pública, ha recibido a viáticos cuando ha representado a su esposo en actos internacionales, como entre ellos la coronación del Rey Carlos de Inglaterra. También ha estado en Japón, Venezuela y hasta el Vaticano con el papa Francisco, en representación de su esposo.

En el caso de Nicolás Petro, también ha sido controversial y polémico como su papá por los comentarios y participaciones políticas que ha tenido a lo largo de su trayectoria, entre ellas porque se reunió y se tomó una fotografía con Musa Abraham Besaile, hijo del exsenador Musa Besaile, quien está condenado por tener nexos con el paramilitarismo.

En escándalos no tan directos, el presidente Petro ha visto como este año su hijo Nicolás por su vida personal también ha llevado a que la familia se enfrente, esto porque en su relación con la modelo y abogada Laura Ojeda, quien recientemente insultó a su cuñada Andrea Petro catalogándola de envidiosa.

Sarabia Y Benedetti

El otro gran escándalo que ha vivido el presidente Gustavo Petro en su año de gobierno tiene que ver con dos de las personas que le fueron más cercanas durante la campaña presidencial, el hoy exembajador de Colombia en Venezuela, Armando Benedetti y Laura Sarabia, quien en la campaña fue su secretaria privada y por poco más de ocho meses fue su jefe de gabinete, en quien recayó gran parte del control del gobierno, al punto que ella era la que notificaba a los altos funcionarios su llegada o salida del gobierno, como en parte sucedió con Benedetti.

Ese escándalo estuvo inicialmente rodeado de la revelación que el gobierno Petro realizó interceptaciones ilegales contra dos trabajadoras de Laura Sarabia, Marelbys Meza y Fabiola Perea, por la pérdida de un dinero que inicialmente se dijo que eran 7 mil dólares, luego más de 50 mil dólares y posteriormente una cifra de 3 mil millones de pesos que habían desaparecido de la vivienda de Sarabia.

Pero no todo el escándalo paró ahí, luego vinieron los audios de conversaciones entre Sarabia y Benedetti, a quien ella acusó de estar extorsionando al gobierno. Al exembajador, se le oyó decir en la grabación: “Yo fui quien organicé todos los votos en la costa, todos, sin que pusieran un peso y además esa plata se fue para el Pacífico, ¿quién ve eso ahora?”. Incluso, sin mayor referencia, habló de 15 mil millones de pesos que llegaron para financiar la campaña presidencial en la Costa Caribe.

En sus advertencias Benedetti le dice a Sarabia que “prepárense porque yo en cualquier momento reclamo mi espacio político (…) si creen que es una amenaza, es una amenaza y si quieres grábalo. Exploto porque ayer ustedes me trataron como una mierda y eso no se le hace a Benedetti”.

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Sobre el caso, el presidente Petro igualmente se pronunció para hacer una defensa de quien fuera su mano derecha. En una parada militar, el mandatario sostuvo que “sé lo que ha pasado alrededor de quien me acompañaba casi en todos estos eventos y que en cierta forma era mi mano derecha desde el punto de vista administrativo de mi gestión cotidiana. No han parado ni siquiera a pensar qué podría pensar una joven mujer recién parida, dicen en mi tierra, con su primer niño en su primera experiencia maternal, cuando le sucede un hecho en su vida doméstica que la hace sentir en la zozobra”.

Y sobre Benedetti, el gran socio electoral, Petro manifestó que "en las dos entrevistas Benedetti afirma que ayudó a conseguir donaciones a la campaña y que no hubo irregularidades. Es cierto, cada vez que alguien pedía donar o conseguir donadores se mandaba a la gerencia, donde siempre se hicieron de acuerdo a la ley, los filtros".

Otros escándalos que ha tenido que frentear el presidente en sus 12 meses de gobierno está el reciente conocido de su saliente ministra de Minas, Irene Vélez, quien valiéndose de su condición de ministra interfirió ante agentes de migración para que su hijo menor de edad pudiera salir del país pese a no tener la documentación al día. Vélez, además se había mantenido en el gobierno pese a que tuvo varias controversias con la industria petrolera y gasífera por la postura que tenía sobre las energías limpias y el reemplazo del petróleo y el carbón.

Un caso más fue cuando se conoció que el entonces ministro de Transporte, Guillermo Reyes, viajó en siete ocasiones en un avión de Pedro Contecha, quien es uno de los mayores contratistas que tiene el Invías.Un año muy particular y agitado es el que ha tenido el presidente Petro en cuanto a los llamados escándalos que le hicieron pasar muy malos momentos.

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