Aunque las nuevas infecciones se redujeron 37% en Centroamérica, en el Caribe hubo un alza en Barbados, las Islas Caimán y República Dominicana. Y Trinidad y Tobago registró las tasas de coronavirus más altas de su historia, con al menos cinco hospitales al 80% de su capacidad.
"A pesar de que los casos de COVID-19 han disminuido significativamente en los últimos meses, la transmisión del virus todavía está activa en nuestra región, por lo que cada vez que bajamos la guardia, el virus gana impulso", dijo Etienne, señalando el riesgo que suponen las fiestas de fin de año y las vacaciones de verano en el hemisferio sur.
En este contexto, resaltó la situación en Europa, donde focos de baja vacunación anticovid y una relajación de las medidas de prevención han provocado un alza significativa de las infecciones.
"A lo largo de esta pandemia, Europa ha sido una ventana al futuro para las Américas. Una y otra vez hemos visto cómo la dinámica de la infección en Europa se refleja aquí, varias semanas después", dijo.
"El futuro se abre ante nosotros y debe ser una llamada de atención para nuestra región porque somos aún más vulnerables", enfatizó.
La OPS destacó que en América Latina y el Caribe el 51% de las personas ya están completamente inmunizadas contra el covid, pero 19 países de la región no han logrado aún la meta de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de vacunar al 40% de su población para fines de este año.
Y aún así, en muchas áreas se levantaron o flexibilizaron las medidas para evitar contagios, como el uso de mascarillas y el distanciamiento social, especialmente en lugares cerrados.
"Esta es una combinación preocupante", afirmó Etienne.
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