Dos docentes y dos comerciantes han sido secuestrados en menos de dos semanas, en Ocaña, Convención, Ábrego y Tibú. Esto ha llevado a que la zozobra y la incertidumbre aumenten en muchas de las familias del Catatumbo, pues los raptos han sucedido bajo la mirada pasiva de las autoridades de Norte de Santander.
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De estas cuatro víctimas, quien recobró la libertad rápidamente fue la docente Astrid Fabiola Ortega, que labora en una escuela del corregimiento Llano Grande, en Convención. Ella fue secuestrada el martes 14 de junio y liberada 24 horas después.
Sin embargo, las otras tres víctimas no han corrido con la misma suerte. Días más tarde, el domingo de elecciones presidenciales, la comunidad de la vereda Santa Rita, en Ábrego, aseguró que la docente Betty Arévalo Casadiego fue abordada por varios hombres armados en motocicleta y la obligaron a seguirlos.
Hasta ahora ni las autoridades ni los familiares saben algo del paradero de la profesora que ya cumple cinco días privada de la libertad. La mujer, de 63 años, es reconocida en el sector por haber cedido unos predios al Parque Solar Los Girasoles, un proyecto de energías renovables que pretende mejorar las condiciones de electricidad para varios pobladores de ese sector.
Secuestrada en Tibú
Hace dos días en horas de la tarde se perpetraron los otros dos secuestros, el primero fue el de Gladys Cancino, una comerciante reconocida de Tibú, quien se encontraba en su negocio de venta de alimentos para animales cuando varias motocicletas con hombres encapuchados llegaron a buscarla y se la llevaron.
“Es muy alarmante el asunto, la señora se ha dedicado toda la vida al comercio en Tibú y no ha tenido así problemas con esa gente ‘rara’, antes vendía pollos y luego comenzó a vender alimento para animales. Se cree que fueron integrantes de la disidencia del Frente 33 de las Farc que se la llevaron, pero todavía no hay claridad en el asunto”, sostuvo un habitante de este municipio que pidió reserva de su identidad.
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Ayer, en la mañana, un grupo de mujeres, junto con el gremio de comerciantes, organizaron una marcha y exigieron la pronta liberación de Cancino, así como el respeto de sus derechos humanos.
A la movilización asistieron muchas personas con prendas y globos blancos, y entre arengas y carteles exigieron paz. El alcalde de Tibú, Nelson Leal, y familiares de la víctima también pidieron la pronta liberación de la comerciante.
“Es triste la situación y preocupa, porque la señora Gladis que tiene más de 30 años de vivir en este municipio, ha salido adelante con sus hermanas a punta de trabajo. Sacó su negocio adelante con mucho esfuerzo y me consta que es una de las personas que más ha guerreado por esta población”, indicó Jhon Correa, presidente del gremio de comerciantes en Tibú.
Lo secuestraron y se murió
Adalberto Casadiego Angarita, de 73 años, es la cuarta persona secuestrada en esta racha que lleva menos de dos semanas.
El miércoles, en la noche, este comerciante, quien es tío del actual alcalde de Ocaña, Samir Fernando Casadiego, se encontraba en su finca, ubicada en la vereda Venadillo, de Ocaña, cuando hombres armados lo obligaron a salir y se lo llevaron en una camioneta.
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Una vez se enteraron del rapto de Adalberto, su hermano, el sociólogo y catedrático de la Universidad Francisco de Paula Santander, seccional Ocaña, Wilson del Socorro Casadiego Angarita, les propuso a los captores el canje urgente, debido a las precarias condiciones de salud que él tenía.
Pero lastimosamente, ayer, en la mañana, la víctima fue encontrada muerta en la vía Ocaña-Teorama, presuntamente, sufrió un infarto.
“Dicen que tenía el rostro morado y no había heridas de ninguna naturaleza. Al parecer intentaron reanimarlo, lo que se presume fue un ataque cardiaco”, manifestó un habitante de esa zona.
En medio del dolor por la pérdida de su tío, el mandatario de Ocaña, Samir Casadiego, dijo que, “es un delito atroz que rechazo con total contundencia. Hoy mi querido y recordado tío Adalberto se convierte en víctima de este flagelo que debe desterrarse de nuestra patria. Duele el alma, por él y por todas las familias que hemos sufrido y sufren la violencia. ‘Becha’, vuela alto”.
El alcalde señaló que ante lo ocurrido, buscará mejorar la seguridad en la vereda Venadillo, en donde históricamente se han registrado secuestros como el del diputado Ramón José Cabrales Camacho, el avicultor Evangelista Bohórquez Contreras, aún en cautiverio, y el de Roque Bayona.
El terror en Venadillo
La vereda en donde fue secuestrado el comerciante Casadiego está ubicada a 20 minutos en carro desde el casco urbano de Ocaña y, según una fuente judicial, es uno de los sectores más peligrosos del municipio, pues a diario se ven integrantes de grupos armados ilegales y vehículos que trasladan cantidades considerables de droga.
“En lo que va del año, se han presentado cinco homicidios en esta vereda. Esto sucede porque hay dos grupos armados ilegales que están constantemente luchando las rutas para trasladar la droga. Un grupo es el Eln y los otros son Los Pelusos, que están al servicio de la disidencia de las Farc”, manifestó la fuente judicial.
Así mismo, resaltó que no hay mucha presencia de las autoridades porque, por lo general, sufren atentados y hostigamientos en los puestos de control que hacen.
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Preocupación en el Catatumbo
Defensor del Pueblo Jaime Marthey, rechazó los secuestros e indicó que, “lo primero es que rechazamos estos actos, estamos en constante acompañamiento con los familiares de las víctimas, así mismo estamos haciendo consejos extraordinarios de seguridad para planear las rutas de atención oportunas y apoyar en lo máximo posible a los familiares que es lo que más nos interesa”.
Agregó: “lo más urgente, en el trágico caso de que un familiar sea víctima de un secuestro, es avisar a las autoridades para activar una ruta de búsqueda entre la Fuerza Pública y los entes gubernamentales con la intención de obtener información rápida del paradero de las víctimas”.
La Defensoría del Pueblo sostuvo que entre mayo y junio se han presentado seis casos de secuestro en Tibú, Convención, Ábrego y Ocaña.
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