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¿Qué buscan con los atentados en Cúcuta?

Eln y disidencia de las Farc, responsables de lo ocurrido ayer en la ciudad.

Lo sucedido ayer en Cúcuta y Villa del Rosario es un claro mensaje que los grupos armados ilegales, especialmente el Eln y la disidencia de las Farc, le están mandando a las autoridades civiles, policiales y militares: ellos están más fuertes que nunca y en cualquier momento pueden desestabilizar la seguridad y tranquilidad de la capital nortesantandereana.

Es la conclusión a la que llegó un experto en temas de seguridad, como lo es Daniel Rico, quien ha llevado a cabo varias investigaciones sobre estos temas en el país.

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Además, las autoridades no tienen una explicación clara de lo que está pasando y quiénes están detrás de esto, solo se limitan a decir que están trabajando en rigurosas investigaciones y que pronto se darán los resultados.

Ayer, durante todo el día y la noche, la Policía y el Ejército estuvieron alertas a lo que podría pasar, pues, según se conoció extraoficialmente, los atentados no salieron como los tenían planeados, porque lo que buscaban era tener una afectación más grande.

El defensor del Pueblo, Jaime Marthey, aseguró que los ataques de ayer se dieron en retaliación por los diferentes operativos que la Fuerza Pública ha dado en los últimos días contra esos grupos ilegales en Norte de Santander.

“Lo que si queda claro con estos hechos es que las capacidades locales y regionales de las autoridades están siendo desbordadas por una oleada de acciones que están logrando sembrar el terror en esta parte del país, pues pareciera que esos sucesos fueran menores, pero son avisos que están dando las organizaciones criminales de que ahí están, aprovechándose del factor sorpresa, que es muy complejo de identificar a las personas que los cometen, pues nunca están uniformadas y para frenar todo esto, se debería tener un policía en cada esquina y es imposible”, explicó Marthey.

Un establecimiento en Atalaya se vio afectado por un explosivo.

Las investigaciones

El general Óscar Moreno, comandante de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc), aseguró que desde el momento en que se conocieron estos hechos, se iniciaron rigurosas indagaciones y ya avanzan las investigaciones con “importante material” para identificar y capturar a los responsables.

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Y esas pruebas que asegura el oficial que están analizando, son videos de seguridad en los que se observan a varios hombres que llegan a cada punto de los atentados con explosivos, y dejan los artefactos. A algunos de los sospechosos se les alcanza a ver las caras, por eso están tratando de identificarlos.

El alto mando policial también insistió en que están vigentes los ofrecimientos de hasta $150 millones por la información que permita dar con los autores de estos actos que generaron pánico en la comunidad.

“A la ciudadanía tenemos que decirle que no vamos a descansar, que vamos a seguir trabajando como siempre, capturando a los que cometen estos hechos”, sostuvo el general Moreno.

El comandante de la Mecuc señaló que los artefactos explosivos utilizados no eran de gran poder destructivo y que se avanzan en las labores de inteligencia para establecer qué móviles hay detrás de todos estos ataques.

La seguidilla de los ataques

La tranquilidad que se siente comúnmente cada noche en Cúcuta y Villa del Rosario, se interrumpió abruptamente ayer, hacia las 12:45 de la madrugada, cuando se inició una seguidilla de explosiones, estremeciendo varios puntos de estas dos poblaciones de Norte de Santander.

El primer estruendo se escuchó y se sintió en el municipio histórico, provocando momentos de incertidumbre y zozobra entre algunos habitantes y las autoridades, pues nadie sabía qué había sucedido, ni en dónde se había registrado esa detonación.

Dos cámaras de fotomultas fueron afectadas.

Solo hasta después de un par de minutos, alguien llamó a la Mecuc y reportó que la cámara de fotomultas que está sobre la Autopista Internacional, cerca del Templo Histórico había sido afectada con un explosivo.

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Las unidades de la Mecuc de Villa del Rosario de inmediato fueron alertadas de lo ocurrido y luego de activar los protocolos de seguridad, llegaron a ese punto a verificar la información, y efectivamente a ese dispositivo electrónico le activaron un artefacto explosivo de mediano poder, que le causó daños en su funcionamiento.

El segundo atentado

Cuando los uniformados del municipio histórico acordonaban el lugar y trataban de recopilar más información de lo sucedido, a la 1:00 a. m., los habitantes de los alrededores de la avenida 7 con calle 15, del barrio El Salado, en Cúcuta, se despertaban asustados, pues otra explosión estremeció el lugar.

Sin comprender qué había pasado, las personas se asomaron por las puertas y ventanas a ver si lograban entender qué sonó, pero solo hasta que vieron llegar un par de patrullas al sitio donde está la cámara de fotomultas, fue que conocieron que con un explosivo trataron de tumbarla, pero no pudieron, solo le ocasionaron algunos daños.

Otro explosivo

Apenas habían transcurrido 10 minutos del ataque contra el segundo dispositivo electrónico, en Cúcuta, cuando en el intercambiador de la ciudadela Juan Atalaya, se escuchó otra fuerte detonación, aumentando el temor entre los habitantes.

Esta vez, el ataque fue contra un establecimiento ubicado en la calle 0N con avenida 2, del barrio La Victoria, a un costado de la vía principal de Atalaya, en el carril que lleva a la Diagonal Santander.

Frente al local dejaron una caja bomba, que fue activada rápidamente, ocasionando unos pequeños daños al portón, la pared y unos vidrios. El hecho provocó tanto miedo, que algunas personas vieron algo extraño encima de una silla que está en se sitio, y creyeron que se trataba de otro explosivo, por eso acordonaron el lugar y esperaron a los expertos para su revisión.

Cuando los hombres antiexplosivos de la Sijín arribaron al sitio y verificaron, se dieron cuenta de que no había ningún riesgo, lo que estaba encima de la banca era la tapa del contador de la energía eléctrica que se cayó.

En Las Coralinas dejaron un cilindro bomba.

Miedo en Quinta Oriental

En la avenida 11E (avenida Guaimaral) entre calles 0N y 1N, del barrio Quinta Oriental, también se vivieron momentos de pánico, pues dentro de un recipiente recolector de basuras dejaron otra caja bomba.

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Según se conoció, un reciclador que se encontraba en el sitio buscando material para ir a vender, observó una caja muy extraña, que tenía cables y se le podían ver algunas piezas de metal, el hombre se asustó y de inmediato avisó a la Policía.

Cuando los uniformados se acercaron al lugar y alcanzaron a ver algo, de inmediato decidieron acordonar el lugar y pedir la presencia de los expertos en explosivos, cuando ellos arribaron, les tocó desactivar el artefacto con otra carga.

Falsa alarma

Cuando los policías antiexplosivos creyeron que ya había terminado su trabajo, recibieron otro llamado, esta vez era para la calle 1 entre canal Bogotá y avenida 2, en el barrio Lleras Restrepo, en este sitio había una caja muy sospechosa, y como ya se habían registrado los otros atentados, los uniformados del cuadrante decidieron aislar el lugar y esperar a que revisaran, para descartar que se tratara de algún artefacto peligroso.

En este lugar, los expertos en explosivos decidieron usar el robot que tienen para evitar cualquier situación de riesgos y un cuarto de hora más tarde, se dieron cuenta que la caja estaba llena de basura. El peligro terminó y mientras unos policías siguieron con sus rondas rutinarias, otros fueron a las instalaciones de la Sijín a llevar a cabo los informes y arrancar con el análisis de lo que recogieron en cada uno de los puntos donde se presentaron las detonaciones.

La Autopista Internacional duró cerrada varias horas.

Cilindro bomba

Cuando la Policía creyó que el riesgo ya había bajado, hacia las 7:30 de la mañana, recibieron otra llamada que alertaba que en la avenida 5 con calle 4N, del barrio Las Coralinas, también de la ciudadela Juan Atalaya, habían dejado otro artefacto explosivo, pero esta vez era de mayor poder.

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Cuando los expertos llegaron al sitio y revisaron, se encontraron con que frente a una casa dejaron un cilindro bomba, dentro de un costal, el cual tenía un sistema de activación por un control de alarma de carro.

“Ese explosivo era igual al que la Policía encontró hace una semana en el barrio La Primavera, el cual era transportado por dos hombres, que fueron capturados y enviados a prisión”, contó una fuente judicial.

Además, habitantes de ese barrio sostuvieron que el cilindro bomba fue dejado después de las 6:00 de la mañana, “porque acá varias personas nos reunimos para irnos a trabajar y cuando salimos, eso no estaba. Tampoco sabemos si era que pretendían hacerlo explotar y a quién querían afectar. Eso es un susto muy grande”, indicó un residente.

También se conoció que algunas personas que vieron el costal, se le acercaron y lo abrieron, observando que era un cilindro de gas, con cables y tenía pegado, con cinta, un control de carro.

“Cuando vimos eso, nos asustamos y como ya habíamos leído lo de los otros explosivos en la madrugada, llamamos a la Policía. Acá nos sacaron a todos de las casas y nos decían que nos resguardáramos, porque donde eso llegara a explotar, la afectación sería muy grande”, manifestó otro habitante de esa zona.

Después de una hora, los expertos en explosivos lograron desactivar el cilindro bomba y llevárselo para destruirlo. Luego las autoridades se marcharon del lugar y el pánico se apoderó de la comunidad.

¿Quiénes son?

Minutos después de registrarse los atentados, los organismos de inteligencia comenzaron a hablar de que el Eln estaba detrás de todo eso pues, al parecer, ya tendrían algunos indicios.

Los investigadores recopilaron las pruebas.

Y ayer, hacia las 6:00 de la tarde se conoció un comunicado de este grupo armado ilegal que fue emitido por el frente Carlos Germán Velazco Villamizar, atribuyéndose los atentados que se registraron en la madrugada.

El Eln aseguró que el ataque contra esos dispositivos electrónicos se dio porque presentan múltiples anomalías en su señalización, quejas de la comunidad y es un negocio privado que perjudica a la población.

Además, también asumió la responsabilidad en el ataque contra un establecimiento que está cerca del intercambiador vial de la ciudadela Juan Atalaya y del artefacto explosivo que fue hallado dentro de un recipiente recolector de basuras, en el barrio Quinta Oriental, que fue desactivado controladamente por los expertos en explosivos de la Sijín.

Pero la duda queda en el cilindro bomba que fue desactivado en el barrio Las Coralinas, pues el Eln no habló nada sobre eso.

Fuentes judiciales aseguraron que ese artefacto de mayor potencia habría sido puesto por presuntos miembros de la disidencia de las Farc, que intentan ganar territorio en Cúcuta.

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Jueves, 21 de Octubre de 2021
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