La mañana de ayer estaba transcurriendo sin novedades para los policías de Tránsito en un punto de control instalado en la vía Ocaña - Río de Oro (Cesar), cuando una llamada anónima los alertó de un campero abandonado en una trocha cercana al corregimiento de Aguas Claras, a 10 minutos del casco urbano de Ocaña.
Los uniformados, de inmediato coordinaron un puesto de inteligencia con la Fuerza de Despliegue Rápido Número 3, orgánica de la Segunda División del Ejército, para arribar al corregimiento.
Al llegar, efectivamente encontraron un Nissan Patrol, rojo, placa ITE-243 de Bogotá.
Las autoridades enviaron primero a los perros entrenados para olfatear cualquier compuesto de artefacto explosivo y al cerciorarse de que no existía algún riesgo, procedieron a investigar dentro del automotor.
“Lo primero que nos percatamos fue que las puertas no tenían seguros, por lo que comenzamos a verificar y al revisar el techo, observamos un espacio secreto y al destaparlo, se observaron unas panelas negras encintadas con la palabra ‘VIVA’. Procedimos a romperla y estaba llena de un polvo blanco que se asemejaba al de la cocaína”, expresó una fuente judicial.
Luego los uniformados se encontraron con otra caleta en la parte inferior del vehículo, en donde existía una cantidad similar a la que se incautó en la parte superior. Al pesar todo, se contaron 100 kilogramos de clorhidrato de cocaína.
Hasta el momento, según informaciones del Ejército, la carga probablemente pertenecía al Ejército de Liberación Nacional (Eln) y calcularon que este golpe contra el narcotráfico estaría valuado en casi $4.000 millones de pesos, pues el producto se encontraba listo para su comercialización al extranjero.
La fuente sostuvo que es la primera vez en ese lugar que incauta esa cantidad de droga y se sospecha que los dueños del Nissan esperaban a que el puesto de control finalizara para que pudieran pasar libremente, al parecer, para Río de Oro.
Otra acción contundente
Ese mismo día, el Ejército en coordinación con la Policía, mediante información suministrada, ubicó y destruyó un laboratorio para procesar también cocaína.
Según estimaciones de las Fuerzas Armadas, el laboratorio está valuado en aproximadamente $1.300 millones. En el lugar fueron destruidos 122 galones de clorhidrato de cocaína, 16 kilogramos de base de coca, e insumos líquidos y sólidos para la preparación de esa droga.
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