Un mes y cuatro días después del asesinato de Lender Darío Beltrán Grijalba, ocurrido en una zona boscosa que colinda con el Anillo Vial Occidental, entre la urbanización Los Estoraques y La Urba, miembros de la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) capturaron a los presuntos responsables del hecho.
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Los investigadores que adelantaron las indagaciones para descubrir quiénes habían cometido el homicidio, recolectaron el material probatorio contra Nader Assad Jure Barrera, de 21 años, y Johan Estiven Durán Campos, conocido como ‘Popeye’, de 19, para lograr que un juez expidiera una orden de captura en su contra por el delito de homicidio agravado.
La Brinho adelantó varias entrevistas y reconocimientos fotográficos, que le permitió identificar a los dos presuntos agresores, que habrían cometido el crimen por un posible ajuste de cuentas por el microtráfico de drogas en el sector.
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Según se conoció, los detenidos hacen parte de una estructura ilegal conocida como el 'Combo de las Torres', dedicada al tráfico de drogas en Los Estoraques.
Justo, el 14 de octubre, la Policía y la Fiscalía capturaron a varios miembros de esta organización, varios de ellos, integrantes de una misma familia.
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Con la orden de captura en su poder, los investigadores llegaron el jueves 18 de noviembre, a la calle 3N con avenida 5C, del barrio Las Coralinas, donde detuvieron a los dos hombres, para dejarlos a disposición de la Unidad de Reacción Inmediata (URI) de la Fiscalía.
Extraoficialmente se conoció que Lender Beltrán era expendedor de drogas en San Fernando del Rodeo, y también había sido detenido en varias oportunidades por tráfico de estupefacientes, hurto calificado, porte ilegal de armas, daño en bien ajeno, lesiones personales, entre otros delitos.
El día del hallazgo
El cadáver de Beltrán fue hallado a las 4:30 de la tarde del jueves 14 de octubre. Sobre el cuerpo de la víctima, que fue degollada, las autoridades hallaron un letrero que decía “por sapo”.
Hasta el sitio del hecho arribó la mamá y la hermana de la víctima, que no ocultaron los gestos de dolor, al percatarse de que su ser querido finalmente terminó sin vida, cumpliendo el presentimiento que tuvieron.
El desenlace mortal, que dejó dolor y desesperanza entre los familiares de la víctima, era algo que en cualquier momento lo esperaban, pues Beltrán Grijalba, de 32 años, pasó la mitad de su vida en la calle, atrapado por el consumo desmedido de drogas y hasta cometiendo delitos, que lo llevaron a un “callejón sin salida”.
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