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Andrés Medina, alias El Capi, y su rastro en el Ejército
Poco a poco se conocen detalles de quién es este exmilitar que se unió a la disidencia del frente 33 de las Farc.
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Martes, 27 de Julio de 2021

El excapitán Andrés Fernando Medina Rodríguez, quien fue capturado hace 10 días sindicado de ser uno de los ‘cerebros’, apoyado por la disidencia del frente 33 de las Farc, de los hechos terroristas que estremecieron a Norte de Santander entre el 15 y 25 de junio, no era un desconocido para muchos miembros del Ejército, especialmente para algunos altos mandos de la Brigada 30.

Por eso, cuando se cometió el atentado con la camioneta bomba, fue uno de los primeros que pusieron en la mira porque lo habían visto días antes moviéndose tranquilamente por la guarnición militar y su salida de la institución no se dio de la mejor manera, dejando malos antecedentes.

Medina Rodríguez, de 37 años, perteneció al Ejército y llegó a ser capitán, destacándose como un excelente piloto de helicópteros Black Hawk. Incluso, fue uno de los sobrevivientes de un ataque de las Farc, ocurrido el 22 de junio de 2015, cuando destruyeron con explosivos una aeronave en la que él iba de copiloto, hecho sucedido en zona rural de Teorama.

Y haber alcanzado el grado de capitán, con 12 años de servicio en esa institución, le permitió tener amistad y hasta confianza con muchos miembros del Ejército, y eso tal vez, como se lo aseguró una fuente a La Opinión, le permitió moverse tan fácilmente dentro de la guarnición militar unas semanas antes de que ocurriera el atentado, como quedó demostrado en un video que la Fiscalía le encontró en uno de los celulares que le decomisaron cuando fue detenido.

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Uno de esos conocidos del excapitán Andrés Medina, es el coronel Carlos Andrés Sarmiento Gutiérrez, quien para el día del atentado, 15 de junio, era el comandante del Batallón de Apoyo y Servicios para el Combate N°30 Guasimales, adscrito a la Brigada 30, y que tenía a su cargo la seguridad de las instalaciones militares.

Según estableció La Opinión, Sarmiento Gutiérrez y Medina Rodríguez se conocen desde hace muchos años, aunque Sarmiento es más antiguo en el Ejército. Además, los dos sobrevivieron al ataque del helicóptero que destruyó la Farc el 22 de junio de 2015 en zona rural de Teorama, al caer en un campo minado. Ellos eran piloto y copiloto, respectivamente, de esa aeronave.

Además, el exoficial Medina también ocupó varios cargos representativos dentro del Ejército en algunas unidades de la aviación, donde siempre se destacó, según se conoció extraoficialmente.

En un mensaje anónimo que circuló la semana pasada por varios grupos de militares activos y en retiro, aseguraron que el excapitán y el coronel Sarmiento también estarían implicados en unos actos de corrupción, en complicidad con otros altos mandos.

Pero el general Eduardo Zapateiro Altamiranda, comandante del Ejército Nacional, le salió al paso a ese mensaje y en otra comunicación dejó claro que esas afirmaciones eran difamatorias y falsas, que ya han sido verificadas por la inspección de esa institución en meses anteriores y no han encontrado nada.

Además, una fuente militar aseguró que días antes del atentado a la Brigada 30, el coronel Carlos Sarmiento Gutiérrez vio que Andrés Medina se encontraba caminando tranquilamente por la guarnición militar y lo mandó a sacar, porque conoce perfectamente que lo retiraron del Ejército por situaciones deshonrosas.

Sin embargo, el general Luis Navarro Jiménez, comandante de las Fuerzas Militares, en su reciente visita a Cúcuta, el pasado sábado, afirmó que los altos mandos y suboficiales que respondían directamente por la seguridad de la guarnición fueron relevados de sus cargos y serán retirados del servicio; entre ellos está el coronel Sarmiento Gutiérrez.

El Capi era un excelente piloto de helicopteros

Más del excapitán

Dentro del mensaje anónimo que hoy está en manos de muchos miembros del Ejército, activos y retirados, al excapitán Medina también lo vincularon con Víctor Ramón Navarro Serrano, alias Megateo, narcotraficante que hizo parte del Epl, pero murió en un operativo de la Policía, en octubre de 2015.

“El capitán Medina (hoy en retiro) de manera irregular y criminal realizaba vuelos con las aeronaves del Ejército para mover a este criminal (Megateo) y su familia para que se reunieran; estos tres oficiales (exmilitar y dos coroneles) eran parte de la nómina de este narcoterrorista, y Medina era el directo responsable de recoger los dineros, producto de sus actos criminales”, se lee en el mensaje de WhatsApp.

Una fuente militar contó que cuando Andrés Medina Rodríguez estuvo activó y piloteó helicópteros, descubrieron que en muchas oportunidades usó las aeronaves para pasear amigos y conocidos, cobrándoles dinero.

“Además, en 2016 fue retirado porque se descubrió que él había montado un negocio con permisos para porte y tenencia de armas, entre ellos muchos falsos. También se tuvo información que él le estaba vendiendo material de intendencia a las Farc”, sostuvo la fuente.

Algunas personas indicaron que entre lo que vendió el excapitán estaban varios visores nocturnos, “pero sobre eso de los nexos con ‘Megateo’ no se tiene mucho material de prueba, en estos momentos hay mucha gente hablando y unas cosas son ciertas y otras no, por eso hay que esperar qué tiene la Fiscalía”, manifestó la fuente.

Añadió: “otra cosa que se pudo encontrar, cuando se estaba tomando la decisión de retirarlo del servicio, fue algo de un contrabando con combustible, donde hay otros oficiales del Ejército involucrados. Después de un tiempo de haber salido de la institución se conoció que efectivamente él tuvo algunos nexos con las Farc y por eso se le había prohibido la entrada a la Brigada 30”.

La fuente militar también contó que a la Fiscalía le entregaron buen material de inteligencia y contrainteligencia, donde se veían los nexos del excapitán con las extintas Farc y ahora con la disidencia, por eso les fue más fácil establecer que todo eso era cierto.

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En la vida civil

Una vez Medina Rodríguez fue retirado del Ejército, decidió buscar un trabajo que no lo alejara de las armas y de la seguridad, por eso decidió entrar al esquema de protección del exalcalde de Cúcuta César Rojas Ayala, teniendo acceso a las instalaciones militares y a información relevante de todo el acontecer diario de Cúcuta.

Según se conoció, el tiempo que el excapitán duró con el exmandatario fue un año, donde se encargó de ser el enlace con el Ejército para que le prestaran seguridad a Rojas Ayala cuando se desplazaba a la zona rural a reunirse con la comunidad o inaugurar alguna obra.

“Que el fuera directamente del esquema no. A él lo contrataron por medio de la Alcaldía y entró a reforzar la seguridad y su rol era siempre buscar que el Ejército nos acompañara en los desplazamientos a zona rural para evitar cualquier situación y él lo hizo muy bien, porque cada vez que hacíamos esos movimiento conseguía que nos enviaran a los militares, tenía muy buenos contactos”, sostuvo una fuente extraoficial.

Lo que algunas personas cercanas al exalcalde saben, es que Medina entró a trabajar con César Rojas porque su familia es de Arboledas y como el exmandatario es nacido y criado en Salazar se las Palmas, dos poblaciones cercanas, se conocían.

Pero luego de un año de estar trabajando para Rojas Ayala, le tocó renunciar porque tuvo un problema con su expareja sentimental y la habría golpeado, siendo procesado penalmente por violencia intrafamiliar y lesiones personales, recibiendo una condena de prisión de 2 años y ocho meses, recibiendo el beneficio de detención domiciliaria, y una inhabilidad para ocupar algún cargo público por el mismo tiempo.

Después de eso, Andrés Fernando Medina ingresó a trabajar en una empresa de seguridad, como instructor por su experiencia como militar y habría sido él quien entrenó al exalcalde en el manejo de armas para su defensa.

Para el 21 de diciembre de 2019 el excapitán Medina empezó a trabajar con una empresa de vigilancia que es contratista de la Unidad Nacional de Protección (UNP), pero su contrato terminó el 12 de marzo de 2020.

A pesar de ya haber transcurrido un tiempo por fuera del Ejército, el exmilitar seguía empeñado en decir que lo habían retirado de una forma que no debían y que por lo sucedido el 22 de junio de 2015, cuando destruyeron el helicóptero en el que él iba de copiloto, le quedaron grave secuelas de salud, decidió interponer una demanda contra la institución para que lo reintegraran y también lo indemnizaran.

El Excapi muy conocido

Peligrosos nexos

Mientras que todo eso pasaba en la vida de Andrés Medina y trataba de salir adelante, habría conocido a Ciro Alfonso Gutiérrez Ballesteros, un escolta contratista de la UNP, que ingresó a trabajar en la misma empresa en la que él estuvo y que estaba en el esquema de un desmovilizado de las Farc, conocido como ‘Aurelio’, quien hoy se encuentra prófugo de la justicia.

Medina y Gutiérrez, según una fuente judicial, se habrían hecho tan buenos amigos, que el escolta lo presentó con su protegido y este a su vez lo llevó a que se reuniera en varias oportunidades con el jefe máximo de la disidencia de las Farc en Norte de Santander, Javier Alonso Veloza García o Jhon Velazco, más conocido como ‘Jhon Mechas’ o ‘Jhon Barbas’.

“De esa amistad que se empezó a dar a principio de este año fue que el exmilitar decidió unirse con la disidencia para cometer los atentados, pues le ofrecieron buen dinero y además, tenía rabia por lo que le habían hecho en el Ejército”, señaló la fuente.

Aunque una fuente militar que conoce a Andrés Medina sostuvo que cuando confirmaron que él fue quien planeó todo lo del atentado y, además, entró la camioneta bomba, no lo podían creer, “porque de servir a la Patria, a ser un traidor, hay mucha distancia, pero él ya tenía antecedentes de no ser una persona correcta con el manejo del dinero, siendo un tipo que no tiene principios, y como lo echaron, estaba resentido y por eso busca el acercamiento con los bandidos y se vende”.

En nuestra edición de mañana espere la segunda parte de este especial de ‘El Capi’ y su plan de venganza con el apoyo de la disidencia del frente 33 de las Farc.

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