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Editorial
Buscando soluciones
Tras 58 años de operación se hace indispensable, como se ha venido planteando desde tiempo atrás, la capital nortesantandereana requiere de una nueva terminal de transportes.
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La opinión
La Opinión
Sábado, 3 de Mayo de 2025

Por estos días quedó sonando un planteamiento del alcalde de Cúcuta, Jorge Acevedo, relacionados con un plan de  transformación del centro de la ciudad encaminado hacia su renovación en varios lugares.

“Sí o sí vamos a quitar la terminal de transporte” se le escuchó decir en referencia a cambiarla del lugar en que ha estado  funcionando desde el 15 de abril de 1967.

Tras 58 años de operación se hace indispensable, como se ha venido planteando desde tiempo atrás, la capital nortesantandereana requiere de una nueva terminal de transportes de carácter metropolitano y binacional a la altura de las necesidades que la región tiene en esa materia.

La actual pasó a convertirse, por su obsolescencia y localización, en una estructura generadora de inconvenientes tanto para la movilidad como para el deterioro de la seguridad por encontrarse en sus alrededores zonas como ‘La Guayabera’.

“Vamos a cambiarla de lugar”, es el compromiso que desde el corazón cucuteño notificó Acevedo y sobre el cual es indispensable emplearse a fondo para que en esta ocasión dicha iniciativa se concrete y le permita a Cúcuta entrar en la era de la  transformación en esta clase de servicios.

Se trata de una acción de beneficio múltiple porque así como se procurará tener una terminal terrestre adecuada para la región, simultáneamente se podrá poner en marcha una acción de renovación y transformación urbana en aquella área del centro de Cúcuta.

Vendrá entonces la aplicación de las directrices trazadas dentro del Plan de Ordenamiento Territorial (POT) para que en el predio de propiedad de la Gobernación de Norte de Santander en el que se levanta la central, como en las áreas aledañas se lleven a cabo obras públicas y privadas que cambien absolutamente el deteriorado entorno y el desdibujado paisaje actual sea transformado para el bienestar ciudadano.

Actuaciones gubernamentales como la señalada, al igual que la relacionada con sacar del centro y enviar a otros lugares actividades como las de las recicladoras, prohibir en definitiva el expendio de alimentos perecederos y  retirar a los carreteros hacen parte de la necesaria política integral de  recuperación, saneamiento y  mejoramiento de la seguridad ciudadana.

Dicho en otras palabras, la aplicación del orden en  diversas actividades es también la mejor ruta para alcanzar la recuperación de zonas neurálgicas en las que detrás de ese ambiente de ‘sin dios ni ley’ que muestran, se esconden los delincuentes que asechan a la comunidad para hacer de las suyas.

Ha llegado el momento de que al fin se apliquen y hagan valer las medidas vigentes para la recuperación de áreas deprimidas, la reubicación de ciertas actividades que ocasionan inconvenientes múltiples, todo esto acompañado por una férrea lucha contra las bandas criminales, el microtráfico, la extorsión, el secuestro y el hurto.

Los habitantes de la principal ciudad colombiana en la frontera con Venezuela  están atentos a que los anuncios oficiales, las decisiones jurídicas, las inversiones en los proyectos y los estrategias trazadas se empiecen a ejecutar con la finalidad de superar años de desorden, traumatismo vial, complicaciones para el desplazamiento de los transeúntes para que sea una urbe para todos.


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