El año pasado, la tasa de desocupación de las mujeres fue mayor en todos los niveles de educación, respecto a los hombres, con brechas que llegaron hasta los 7,4 puntos porcentuales (p.p.); solo en formación media, el indicador alcanzó el 17,6% versus el 10,9% del género masculino.
De acuerdo con otros resultados del informe sobre Fuerza laboral y Educación de 2022, del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), la tasa de desocupación de las mujeres que completaron la universidad fue de 11,3% y la de los hombres, 8,7%.
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Respecto a los niveles de básica secundaria y primaria, los indicadores en el género femenino alcanzaron 17,9% y 13,7%, contra un 10,5% y 8,2% de los hombres, respectivamente.
En el caso de los extremos, la tasa fue de 8,7% (mujeres) y 5,8% (hombres) en quienes no tienen ningún nivel educativo; mientras que en posgrado, los indicadores se ubicaron en 4,2% y 3,6%.
El estudio reveló que cerca de 70 de cada 100 ocupados que no alcanzaron algún nivel educativo son trabajadores independientes. En el caso de quienes completaron la educación universitaria, esta relación es de 31 por cada 100 empleados.
¿Cómo avanzar en la igualdad?
La coordinadora del Observatorio Regional del Mercado Laboral (Ormet), Sharyn Nataly Hernández Fuentes, señaló que resulta necesario analizar esas brechas de género, que alcanzan hasta los 7,4 p.p.
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“En los estudios recientes del Ormet se ha detectado que existen mayores brechas entre hombres y mujeres en cargos directivos de las empresas, así como en actividades que han sido consideradas como masculinas por costumbre”, resaltó.
La economista manifestó que, para avanzar al cierre de brechas, se requiere de varias estrategias que inician desde la disposición empresarial a establecer políticas de retención laboral, promoción y ascenso, así como cualificación dentro de su plan de capacitación interno.
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“Adicionalmente, es necesario formar a los trabajadores que han estado tradicionalmente en cargos operativos o directivos desarrollados por hombres, permitiendo el ascenso significativo de las mujeres. Existe en Cúcuta un ‘techo de cristal’ para el ascenso en las mujeres, que es básicamente un punto máximo al que puede escalar una trabajadora, en comparación con el hombre que tiene la misma cualificación y competencia”.
La coordinadora del Ormet expresó que esto se suma a la diferencia salarial, por ello consideró fundamental centrar una política territorial que favorezca los liderazgos femeninos en las empresas, al tiempo que, en alianza con las Instituciones de Educación Superior (IES), se capacite en liderazgo femenino, equidad de género y demás aspectos a los empleados de las empresas.
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