La noche que prometía ser una celebración deportiva terminó marcada por la tensión y el desorden en el estadio Atanasio Girardot. Mientras miles de aficionados asistían al cierre de la Copa BetPlay, dentro del escenario comenzaron a registrarse situaciones que alteraron el ambiente y obligaron a la intervención de las autoridades para evitar un desenlace mayor.
En distintos sectores del estadio se vivieron momentos de confusión, con empujones, gritos y corridas que quedaron registrados en videos difundidos ampliamente en redes sociales. La reacción de los organismos de seguridad fue inmediata, aunque por varios minutos el control resultó complejo debido a la magnitud de los enfrentamientos.
Enfrentamientos entre barras alteraron la final
Las imágenes conocidas muestran choques directos entre integrantes de las barras organizadas de Independiente Medellín y Atlético Nacional, en plena gradería y en zonas cercanas al campo de juego. La situación escaló al punto de requerir la presencia del Escuadrón Móvil Antidisturbios, que actuó como intermediario para separar a los involucrados y restablecer el orden.
Aunque las autoridades no han entregado un informe oficial que detalle el origen exacto de los hechos, versiones de asistentes y de personas en redes sociales, señalan que los primeros altercados se habrían presentado tras agresiones dirigidas a miembros de la fuerza pública. Posteriormente, el conflicto se habría extendido cuando algunos aficionados intentaron increpar a familias con camisetas de Atlético Nacional. Justo en ese momento la barra Los Del Sur, decidieron intervenir y se desató el caos.
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Autoridades evalúan sanciones y medidas preventivas
El alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, se pronunció tras los disturbios y advirtió que se adoptarán acciones contra los responsables de los desmanes. Desde la administración distrital se insistió en la necesidad de preservar los escenarios deportivos como espacios seguros para todos los ciudadanos.
Por ahora, no se han confirmado sanciones concretas. Sin embargo, se analizan posibles medidas como la suspensión de tribunas, restricciones de ingreso a las barras y eventuales cierres de fronteras para futuros clásicos paisas, dependiendo de lo que arrojen las investigaciones.
Las autoridades confirmaron un balance de 59 personas lesionadas, entre ellas siete integrantes de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá, quienes resultaron con heridas leves y recibieron atención médica. Además, se reportaron procedimientos con menores de edad, que quedaron a disposición de las autoridades competentes.
Durante los controles de seguridad se incautó abundante material pirotécnico, incluyendo bengalas, pólvora y otros elementos prohibidos. Según la Secretaría de Seguridad de Medellín, más de 1.100 uniformados participaron en el operativo para controlar la situación, en una jornada a la que asistieron cerca de 43.000 espectadores.
Las autoridades reiteraron el llamado a vivir el fútbol en paz y advirtieron que no permitirán que actos de violencia empañen los eventos deportivos ni pongan en riesgo la seguridad de los ciudadanos.
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