Durante los últimos años en la ciudad se han instalado 205 pilas públicas que funcionan como una herramienta para llevar el servicio de agua a aquellas zonas que no cuentan con acueducto y alcantarillado en óptimas condiciones.
La idea es que las comunidades que residen en los asentamientos unan sus esfuerzos para obtener una mejor calidad de vida con el servicio de agua que se instala a través de un macromedidor en un lugar específico de cada sector.
“Este es un programa que implementamos para ayudar a la comunidad. Durante este año hemos ayudado a personas de Gaitán, Los Olivos y una parte del barrio Belén”, aseguró Karen Yáñez, directora comercial de Aguas Kpital, empresa que presta este servicio.
En un primer momento, un líder de la comunidad debe manifestar el interés de todos por adquirir la pila pública ante la empresa encargada, después se hace un proceso para evaluar las condiciones del barrio y ver la viabilidad del proyecto que tarda alrededor de 40 días en desarrollarse.
Durante este proceso algunos asentamientos reciben acompañamiento de la Fundación V&C que también se encarga de incentivar en ellos algunas prácticas para el ahorro del agua.
“En la comunidad debe existir una asociación de vecinos legalmente constituida. He tenido la oportunidad de ir a algunas zonas para hacer charlas de concientización y escuchar sus diferentes puntos de vista”, agregó la trabajadora social Julieth Olaya.
Los habitantes suman sus esfuerzos
En el asentamiento Nueva Alianza, los habitantes de 82 viviendas han solicitado este servicio desde hace algún tiempo, por lo que están a la espera de que la empresa continúe el proceso de instalación.
“Estamos esperando obtener la pila para esta zona porque todos nos hemos unido, queremos ser responsables del agua que consumimos y pagar por este servicio”, dijo la líder comunitaria, Alejandra Ramírez.
La líder también cuenta que en algunas viviendas residen más de seis personas que en la madrugada se dirigen a unos tanques ubicados en puntos estratégicos para llenar unos baldes con agua y llevarla a sus hogares.
Mientras les instalan la pila pública, se la han ingeniado para tener su propio servicio de alcantarillado como fruto de un trabajo arduo que hicieron durante cuatro meses con recursos propios.
Redacción Camila Rojas
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