Marcos Lazaga es un hombre que quedó grabado en la historia del Cúcuta Deportivo. Su paso fue muy corto, porque no alcanzó a cumplir ni los cuatro meses vistiendo la camiseta del club más representativo del oriente colombiano.
Llegó para el Cuadrangular de Ascenso que se disputó en enero 2015 y terminó su vínculo con el motilón a mediados de marzo del mismo año, por diferencias con José Augusto Cadena, presidente de la institución rojinegra.
Este paraguayo, que en la actualidad está dedicado a sus negocios personales, dejó el fútbol profesional en el 2016 a sus 32 años teniendo como último club a Manta de Ecuador luego de pasar por Dos de Mayo, Olimpia, Cerro Porteño, Luqueño y General Caballero de su país, Cobreloa y Everton de Chile, Belgrano de Argentina, León de Huánuco de Perú, Blooming de Bolivia y Patriotas en Colombia.
Lazaga habló con La Opinión sobre el tiempo que defendió la casaca fronteriza y lo que significó marcar dos goles (uno de ellos con la mano) en el último partido del Cuadrangular de Ascenso ante Deportes Quindío que sirvieron para que el Cúcuta empatara 3-3 y ganara un puesto en Primera División.
¿Cómo llegó al Cúcuta?
Siento que fue algo que debía pasar. Ese año no iba ir al rojinegro sino al América. El equipo de Cali me envió una propuesta y todos los papales. Me reuní junto a mi representante y el presidente del rojo caleño, pero no llegamos a un acuerdo.
Luego de eso José Augusto Cadena me llamó y acordamos para que yo fuera. Al principio no quería ir y no por el club sino por Cadena pues ya lo había tenido como presidente en Patriotas de Boyacá y terminó debiéndome un dinero.
Conociendo a Cadena, ¿por qué firmó?
Me decidí porque es un club grande con una hinchada grande en Colombia. Hablé con él y me dijo que era un buen proyecto. Luego lo hice con Edwards Jiménez y Gerardo Bedoya quienes me dijeron que había un buen plantel y que teníamos que subir al Cúcuta a Primera División por su historia.
Le di una segunda oportunidad aunque con duda porque me debía plata. Además él me truncó la salida a un equipo mexicano con el que ya tenía todo arreglado cuando estuvimos en Patriotas.
¿Qué significó para usted el ascenso con el Cúcuta?
En mi carrera como futbolista y en mi vida, nunca olvidaré dos momentos. El primero fue en Argentina en el 2011 cuando con Belgrano de Córdoba descendimos a River Plate en el Monumental y luego el cuadrangular de ascenso con el Cúcuta Deportivo en el que ayudé con dos goles. Fueron dos vivencias increíbles.
En el partido definitorio contra Quindío usted marcó con la mano, ¿qué recuerda de ese hecho?
ML: La jugada inició con un tiro de esquina a favor nuestro. Un compañero cabecea, el balón pega en el palo y pica contra el césped a borde de área chica, la pelota queda enfrente de mí y cuando voy a dar el cabezazo me empuja un jugador del Quindío. Yo caigo adentro del arco y escucho un pitazo, me atajo la cabeza y digo en mi mente “uff una amarilla para mí” pero cuando veo al línea corriendo al medio del campo de una me levanto a celebrar el gol.
En ese momento cualquier delantero o jugador en mi lugar haría lo que fuera por meter la pelota. Yo digo que para esas jugadas están los árbitros.
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El masivo recibimiento de la hinchada en el regreso del plantel a Cúcuta, ¿qué sensaciones le despertó?
Fue algo increíble. Me sentí muy contento. El cariño de la gente se sentía en todo el tiempo que estuve en la ciudad. Una vez me hicieron un mural que hacía alusión al gol con la mano, mi paso por Cúcuta fue un periodo que no voy a olvidar en mi vida.
Qué le dejó su paso por el rojinegro?
Me encantó por la gente. Por ejemplo, cuando le ganamos a Junior en el primer partido del campeonato con un golazo de Bedoya, fue indescriptible como en esa cancha se sentía el calor de la gente. Es una hinchada que si el club va bien, se llena todo.
La gente ama al rojinegro. El calor humano es increíble. Son fanáticos que quieren y aman al club. En ningún equipo que estuve, ni siquiera en Olimpia de Paraguay, que es múltiple campeón de Copa Libertadoes, son fanáticos como la gente de allá (Cúcuta).
Es triste verle a un equipo grande con un presidente como José Augusto.
Si yo fuera presidente del club nunca lo dejaría caer en descenso porque el estadio solo da para el sueldo de los jugadores porque se llena.
¿Cómo sale del motilón?
Luego de dos meses, él (Cadena) me llama a su oficina y me dijo que no podía pagar mi sueldo. Yo ya lo conocía y no tenía temor de que eso pasara. Me dijo mil cosas y yo le respondía que cuando me llamó me prometía otras.
Me ofreció un dinero muy diferente a lo pactado y yo no acepté. Hablé con mi abogado y me dijo que continuara yendo a los entrenamientos. Pero luego llegó otro técnico (Marcelo Fuentes) y no me tenía en cuenta.
Siento que no entienden que uno como extranjero se va de su tierra para darle de comer a la familia.
Cuando hice todas mis cosas me fui a Paraguay y luego terminé jugando en Manta de Ecuador.
¿Qué le diría a Cadena?
Él se tiene que dedicar a otra cosa. Quedó mal en Bucaramanga y Patriotas. Es un dirigente que no tiene carácter para ser presidente de club porque juega con el sentimiento de toda la gente. Tiene que dar un paso al costado.
¿Instauró demandas al club por lo que le debían?
Hace poco le gané una demanda. Mi abogado me informó que si no paga lo que me adeuda este año, Cadena no puede contratar jugadores extranjeros para el 2021.
Pocos minutos
Marcos Lazaga solo marcó dos goles en su paso por el Cúcuta en el Cuadrangular de Ascenso. Fue dirigido por Alberto Suárez y Marcelo Fuentes. Jugó en la Liga Apertura 2015 en el empate 2-2 contra Santa fe 65 minutos, en la derrota 3-0 frente a Patriotas solo la primera parte, en el empate 1-1 contra Boyacá Chicó todo el encuentro, entró para los últimos 32 minutos en la derrota 2-4 contra el Cali, jugó desde el 57 en el empate a un gol frente a Tolima y su última participación fue en la fecha 10 en la caída 3-2 frente Alianza Petrolera jugando 46 minutos.
En su breve paso, tuvo un inconveniente extra futbolístico con una mujer de la logística del General Santander quien lo acusó de zarandearla por impedir que entrara la esposa del jugador.
Lazaga afirmó en 2015 que la intención de esta persona era dañar su imagen como personaje público.
Su salida fue en conjunto con el exlateral argentino Franco Sosa, quien fue el autor del tercer gol en el último partido del Cuadrangular.