Hace 12 años, cerca de 70 familias provenientes de barrios como Motilones, Ospina Pérez y Toledo Plata e, incluso, de otros municipios, empezaron a ubicarse al occidente de Cúcuta, buscando tener un techo donde pasar la noche.
Poco a poco este sector se fue extendiendo hasta convertirse en uno de los asentamientos más extensos del área urbana del Municipio con cerca de 32 hectáreas, bajo el nombre de José Bernal.
Helí Gustavo Bautista Blanco, presidente de Junta de Acción Comunal, señaló que en noviembre de 2009 ya este sector empezaba a registrar casas de tabla y techos de zinc.
Al recorrer las calles aún sin pavimentar, se logra ver el interés por mejorar cada vez su entorno y su calidad de vida, por eso, han insistido en trabajar de la mano con la Administración Municipal por convertirse en barrio.
Vivir allí no ha sido fácil para sus habitantes, debido a que no cuentan con todos los servicios públicos, por tratarse de un sector en condición de informalidad. A pesar de ello, poco a poco han logrado algunos vecinos acceder a servicios públicos recargables.
Algunos cuentan con el servicio de acueducto gracias al programa de Pila Pública, con el que deben pagar en promedio $22.000 mensuales. Otros ya han accedido a energía recargable, e incluso tienen en sus viviendas internet y gas.
Bautista resaltó la labor emprendida en ese entonces por Gustavo Garnica, Jesús Cárdenas, Edgar Morales, Javier Amaya, Israel Guerrero, Ana Torres, Cristóbal Vargas, entre otros, quienes lograron fundar en marzo de 2010 la Junta de Acción Comunal (JAC) de este sector y gracias a esto, han podido tener reconocimiento ante el Municipio.
“Esta ha sido la única alcaldía que nos ha visitado, y que empezó con el proceso de legalización de nuestro asentamiento. Estamos muy contentos porque después de tantos años, por fin empezamos a ver acciones para lograr mejorar la cara a nuestro sector”, dijo el líder comunal.
El crecimiento de la zona
Para llegar a este sector, se puede tomar la vía que dirige a los barrios Motilones, Ospina Pérez y Scalabrini. Sus habitantes se dedican a varias labores entre las que se destaca la fabricación de jeans, zapatería. También se pueden encontrar pequeños comercios, restaurantes y tabernas.
De 70 familias que se contaban en 2009, se pasó a registrar cerca de 600. Hoy, ellos tienen la esperanza de convertirse en barrio, buscando acceder a beneficios como mejoramiento de vivienda y de infraestructura del barrio, al igual que contar con todos los servicios públicos domiciliarios.