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Zona binacional versus doble frontera terrorista
Y pensar que cuando Santos inició este proceso, en Cúcuta muchos alababan la “paz” venidera, que ya se sabía que era otra mentira del mitómano Nobel.
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Sábado, 2 de Agosto de 2025

La firma del gobierno Petro de un “memorando de entendimiento” con la dictadura de Nicolás Maduro, para crear una zona de “paz, unión y desarrollo”, es otra manera en que se van enquistando las hegemonías narcoizquierdistas en los países. Cuando Santos inició entregando el Catatumbo a su nuevo mejor amigo, el dictador Maduro, también lo hizo en nombre de la “paz”; ahora el petrosantismo continuista amplia el área para incluir el Cesar y la Guajira y amplia la “paz” sumándole unión, unión narcoizquierdista, y como no podía faltar con la izquierda, una cínica apelación al “desarrollo”, cuando la dupla Petro-Maduro han hecho todo por traer el subdesarrollo a sus países de la mano del colectivismo estatal. 

He escrito varias veces sobre la necesidad de un área binacional, en concreto de un Área Metropolitana Binacional con eje Cúcuta-San Cristóbal, pero siempre aclarando que tendría sentido solo con la desaparición de la dictadura chavista en Venezuela. Ya existe en otras fronteras, pero como áreas de características especiales, autónomas, debidamente regladas y legalmente soportadas. 

El primer paso es recoger en un documento las intenciones regionales de trabajar unidos en una planeación conjunta definiendo los roles de cada actor, empezando por los distintos municipios, las áreas metropolitanas, las gobernaciones y los gobiernos nacionales.

El segundo paso es definir las características especiales que debe tener el área en aspectos como educación, seguridad, autogestión, manejo ambiental y sector financiero, que es la verdadera razón de un área binacional; ser un área especial que pueda, esa sí, impulsar el desarrollo. Ya teniendo el proyecto de ley listo, debidamente rubricado por los actores regionales, el tercer paso es pasar a aprobación de ambos Congresos, trámite ante las Cortes, y si todo sale bien, a la firma de ambos presidentes. Se tiene un período de transición para implementar los cambios.

Esas áreas buscan ser hubs internacionales de comercio y logística y buscan atraer inversión extranjera en infraestructura, empezando por las de conexión rápida para dar sentido físico a la integración. Esto no es lo que busca este “memorando de entendimiento”.

Es famosa a nivel mundial la Triple Frontera, las áreas boscosas entre Argentina, Brasil y Paraguay, sede de todo tipo de criminalidad y un lunar mundial que no ha podido ser “pacificado”. Ese sí parece ser el sentido real del acuerdo Petro-Maduro, hacer una doble frontera terrorista, donde todo tipo de criminales se asienten y que pueda servir como un área de amortiguación ante el cada vez más irreal ataque sobre Venezuela. Haciendo el inventario de los grupos criminales y terroristas que hay en la “doble frontera” tenemos: el Eln, las Farc (mal llamadas disidencias), el Cartel de los Soles, el controlador del área, carteles colombianos y mexicanos, y ahora, como si fuera poco grupos fundamentalistas islámicos como Hamas y Hezbolá, manejados por las fuerzas Quds iraníes, convirtiendo la región en un verdadero riesgo a la seguridad nacional no solo de Colombia y la región andina, sino del hemisferio. La “doble frontera” se uniría a la “triple frontera” como zonas de nadie donde mandan los señores de la guerra.

Y pensar que cuando Santos inició este proceso, en Cúcuta muchos alababan la “paz” venidera, que ya se sabía que era otra mentira del mitómano Nobel. Es más, aún hay arcaicos estalinistas y nuevos anarco-comunistas que lo siguen alabando. 

Aún tengo fe en que Colombia se pueda quitar de encima el petrosantismo que convirtió a Cúcuta en una ciudad muy peligrosa, y porque no, en que cuando lo de Gaza termine, pueda Venezuela tener una salida y cambiar la dictadura chavista, que quedará en la historia venezolana como la peor época que tuvieron que vivir, haciendo ver a dictaduras anteriores como dictablandas. Si eso se da, debemos aprovechar el impulso y empezar a hablar con nuestros hermanos tachirenses, ya en democracia, de una verdadera área metropolitana binacional concertada. Que el petrosantismo no solo le deje a Cúcuta miseria y crimen.


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