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Prioritaria defensa de la vida
No les importan los derechos humanos, ni las libertades, ni principio alguno que garantice la convivencia y el respeto recíproco.
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Domingo, 19 de Octubre de 2025

No obstante haber quedado inscrita la sentencia marxista según la cual “La violencia es la partera de la historia”, la protección de la vida no pierde vigencia y sigue siendo una prioridad inexorable. La protección de la existencia humana no puede ser asunto secundario, pues sería la apertura al albedrío de la muerte sin contención alguna.

Frente a las atrocidades de las confrontaciones letales mediante la generación de la violencia hasta los niveles más extremos, no se puede ser indiferente en la defensa de la paz como entono creador y de dignificación de la vida.

El holocausto de la Segunda Guerra Mundial cometido con el condimento de la doctrina nazista de Adolfo Hitler dejó abismales desgarramientos en donde tuvo ejecución. Y esa misma degradación se ha repetido en estos años en el territorio de Gaza desde Israel con la criminal recurrencia obsesiva de Benjamín Netanyahu. Pero no faltan otras acciones semejantes en diferentes naciones del planeta. Lo está replicando el presidente de Estados Unidos, Donald Trump en el Caribe, so pretexto de su errática lucha contra el narcotráfico, que es una cortina de humano para abrirse paso hacia la captura del petróleo venezolano en beneficio particular, con finalidad colonialista.

Las operaciones a sangre y fuego, como es lo que ocurre en diferentes lugares del mundo, es una práctica de gobernantes que se autoproclaman condueños del planeta llevándose por delante la soberanía de las naciones y la libre autodeterminación de los pueblos. No les importan los derechos humanos, ni las libertades, ni principio alguno que garantice la convivencia y el respeto recíproco.

Con respecto a la lucha por la vida, en Colombia debiera ser del interés general. Con más de sesenta años de violencia continua que agobia al país, la búsqueda de una salida al diversificado conflicto armado tiene que ser causa de todos. La paz debe asumirse como un común denominador para salir de los infiernos cotidianos de la agresión, siempre aplicada esta a los más vulnerables.
Se impone emprender acciones sostenidas para conseguir la desmovilización de los diversos grupos que atizan la violencia con variadas finalidades. Esa desmovilización debe representar un nuevo clima en la vida nacional bajo el signo de la paz.

Y la paz como saneamiento integral de todo lo negativo que ha dejado la violencia y con el compromiso de reparación efectiva de las víctimas y el desmonte de los factores que engendraron el oleaje de muerte. También para la no repetición de hechos de tanta degradación surtidos mediante prácticas letales.

Poder vivir en paz es consolidar condiciones que permitan un desarrollo de la nación con la plenitud de satisfacciones a las múltiples necesidades de la población. Es también depurar el ejercicio político de las malas prácticas y erradicar todas las formas d corrupción que degradan la función pública y sumen la cotidianidad nacional en turbulencias de negativo impacto.
Alcanzar la paz es cultivar las libertades y fortalecer la democracia en beneficio de todos para que no se vuelva a vejámenes que han anclado a la nación en atrasos abismales.

Puntada

Insólito que un organismo de interés privado le imponga al Presidente de Colombia censura para sus alocuciones. ¿Cómo puede llegarse a esa negación del ordenamiento constitucional?

ciceronflorezm@gmail.com


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