Aterrador ver el homicidio doloso, a manos de agentes de la Policía, de un abogado que departía con unos amigos en una acera frente a su casa. Todo, absolutamente todo, el peso de ley contra esos policías. Hoy se supo que la Fiscalía les imputará los delitos de homicidio agravado y torturas. Penas de hasta 60 años pueden enfrentar estos señores.
Lo que vino después, las protestas, tampoco tiene justificación. Nadie duda del derecho que tienen los ciudadanos de protestar. Pero la protesta no es destruir en una noche, casi la mitad de los CAIs que tiene una ciudad. Me parecieron muy apresuradas las versiones que proponían o que era obra del ELN pero luego de ver el patrón de ataque, me quedan dudas que ello provenga de unos pocos descontentos.
Todo este asunto, me parece, ha sido copiado de las manifestaciones de que suceden, por hechos similares, en los Estados Unidos. En el país del norte empezaron con la “moda” de quemar las ciudades a modo de protesta.
También allá tomaron la delantera en la infame boga de tumbar estatuas, práctica que, además de mostrar ignorancia supina, es una tremenda torpeza. Quieren cambiar la historia, desapareciéndola.
Las prácticas, todas, cuando vienen de personas o entidades que de una forma u otra admiramos, son objeto de repetición. El hijo que ve a su padre fumando, fuma. El hijo que ve a sus padres deportistas, casi con seguridad lo será. Eso nos pasa con las prácticas que vemos que suceden en Estados Unidos.
El punto que me llama la atención, poderosamente, es que casi siempre copiamos lo que no debería ser repetido. Aprendimos con presteza a quemar la ciudad y a tumbar estatuas, pero nos dio pereza emular lo que es deseable que sucede allende las fronteras. Eso de trabajar duro, o e estudiar, o de respetar la autoridad no pelechó por estos lados.
El país enfrenta riesgos que bien nos pueden llevar a situaciones nunca antes vistas: hablar de los factores económicos, que nos pueden llevar a niveles de pobreza de principios del siglo 20 da escalofríos, pero traer las modas expuestas en inglés, poco o nada nos va a aportar en momentos como estos.
Toda la contundencia contra los que cometen delitos, sin importar si están vestidos de policía, o con capuchas alegando mejores derechos.