Y seguimos con la película de la Consulta Popular, pero en otro estadio. Ahora se trasladó al Senado de la República donde sigue el tercer debate de la reforma laboral que fue inicialmente hundida por la comisión 7° pero oportunamente apelada de conformidad con la ley 5 o reglamento del Congreso.

De la misma forma que el presidente se la jugó con la consulta con el argumento de que el Senado le había hundido la Reforma Laboral sin debate alguno, el Senado se le salió por la tangente y le hundió la consulta, pero revivió el proyecto de reforma laboral que se encontraba en apelación. Tal parece que hubo empate. De no apelar el Senado a esa tabla de salvación y se hubiese rechazado la consulta sin revivir la Reforma Laboral, hubiese sido muy seguro el estallido social de peores proporciones de las que enfrentó el gobierno de Iván Duque en oposición de una reforma tributaria.

Reaccionó el presidente en sus acostumbrados brotes de violencia verbal invitando a las centrales obreras a un paro general garantizando que la fuerza pública no iba a tomar represalias con los huelguistas, pero tales bravuconadas no tuvieron eco en la clase trabajadora.

Pareciera que el presidente Petro, viviera en la luna, no se da cuenta que es el hazmerreír de los colombianos quienes a través de las redes sociales nos inundan con stickers referenciando sus preferencias y adicciones los mismo que a nivel mundial nos avergüenza con sus propuestas interoceánicas,  intergalácticas y abanderado de las energías limpias al proponer las eliminación de la exploración y explotación de hidrocarburos, amén de escándalos tras escándalos protagonizados por las mutuas denuncias de corrupción al interior de su gabinete ministerial.

El proyecto de reforma laboral revivido contempla casi la totalidad de los puntos que se propusieron en la Consulta Popular, le corresponde ahora al congreso dentro de su leal saber y entender, debatir con seriedad las propuestas, después de haber escuchado en audiencia a los diferentes actores interesados.

Que no se siga machacando el argumento para no aprobar conquistas válidas para los trabajadores, de que la tasa de desempleo se va a disparar, porque con ese mismo argumento, pero al contrario de que se iba a generar más empleo fue que el presidente Uribe eliminó logros alcanzados, algunos de ellos con la sangre de los trabajadores. El desempleo se ha mantenido en dos dígitos hace décadas.

En un propósito de enmienda el presidente Uribe debe ordenarle a su bancada que le “remiende el capote” y le estudie con responsabilidad de patria el proyecto en mención, aliviándolo de la culpa y el arrepentimiento que por este caso lo dejarán dormir en paz y por los otros muchos seguirá en deuda.

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