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Cuando Venezuela estalle
Sigo permanentemente, y cada vez con mayor angustia, las noticias sobre la situación de Venezuela.
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Sábado, 14 de Mayo de 2016

Cuando Venezuela reviente, lo que puede ocurrir más pronto que tarde, lo hará de manera violenta y sus consecuencias se sentirán fuertemente en nuestras zonas fronterizas. ¿Se está preparando el gobierno colombiano para aminorar los impactos?

Sigo permanentemente, y cada vez con mayor angustia, las noticias sobre la situación de Venezuela. La escases inaguantable de productos de primera necesidad, las colas permanentes para tratar de comprarlos, la falta de medicinas, los apagones, la inflación galopante que este año puede superar el 700 por ciento, la parálisis general de la producción por la falta de divisas y materias primas y un sistema absurdo de control de precios, que no tiene en cuenta los costos de los productores. Si, en Venezuela hay hambre. Quién lo pudiera creer cuando, por muchos años, ese país fue para nosotros los colombianos el vecino rico.

Por supuesto, Maduro y sus acólitos siempre culpan de esos males a unas supuestas fuerzas internacionales, con Estados Unidos y Alvaro Uribe a la cabeza, aliadas con la oposición y con el empresariado, para tumbarlo. ¡No! Si Maduro se cae será como consecuencia de la corrupción rampante, la incompetencia, las políticas absurdas y los errores permanentes que es incapaz de corregir. Los Estados Unidos no tiene ningún interés en que Venezuela colapse y la violencia se generalice. El estallido de Venezuela, se piensa aquí, puede tener efector desestabilizadores en otros países de la región, comenzando por Colombia.

Para tratar de sostenerse, día a día el régimen de Nicolás Maduro viola de manera cínica las normas democráticas y el sistema de separación de los poderes. Para la muestra un botón: acaba de prolongar por 60 días más el decreto sobre emergencia económica y social, que le otorga poderes extraordinarios de control y con el que viene “gobernando” desde hace meses. Con ello trata de amedrentar a la débil oposición y a la población en general.

El diario The Washington Post, en su edición de este sábado, encabeza un franco artículo, con el título “La crisis viene en Venezuela”. Fuentes de inteligencia citadas por el diario, analizan tres posibles escenarios:

Primero, pese a que este año fracase el referéndum revocatorio que la Asamblea Legislativa está tratando de poner en marcha, ese esfuerzo se reanudaría el año entrante. Considero que ese sería el mejor de los escenarios.

Segundo, podría presentarse un golpe palaciego, en el que algunos miembros del gobierno saquen a Maduro con el apoyo de algún sector de las fuerzas armadas.

Tercero, un golpe militar organizado por oficiales de bajo rango y soldados que están sufriendo, en carne propia, los efectos de la terrible situación económica en el país.

Los últimos dos escenarios, en mi opinión, conducirían a estallidos de violencia y enfrentamiento entre fuerzas encontradas dentro del régimen, entre los militares y los escuadrones paramilitares que han sido armados por el propio gobierno.

Si la violencia se generaliza, veremos un río de desplazados, colombianos viviendo en Venezuela y venezolanos desesperados, cruzando la frontera y buscando refugio en Cúcuta y otras zonas fronterizas. Infortunadamente, y como ya se vió cuando Maduro cerró la frontera y la Guardia Nacional Bolivariana comenzó a perseguir a nuestros connacionales y a quemar sus ranchos, la opción que buscaron fue la de cruzar el río Táchira, con algunos corotos a cuestas, y buscar la protección del gobierno colombiano. Si nos vimos a gatas para solucionar la situación de menos de 2.000 personas, podremos fácilmente imaginar lo que ocurriría con el desplazamiento a Cúcuta de cientos de miles de personas tratando de escapar la violencia.

El gobierno del Presidente Santos y las autoridades locales deben prepararse rápidamente para ese escenario, tratar de tener en firme un plan para atender la emergencia, prever herramientas de auxilios monetarios y, desde ya, poner en ejecución medidas dirigidas a crear empleo urgente en la ciudad. Nadie puede declararse sorprendido cuando Venezuela estalle. Sucederá más temprano que tarde.

 

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