Con la proliferación de la epidemia del virus zika en Cúcuta y el área metropolitana, las autoridades sanitarias en Norte de Santander mantienen los controles de vigilancia constantes en las piscinas, que de no mantenerse en un tratamiento adecuado, podrían convertirse en un foco productor del zancudo aedes aegypti.
José Trinidad Uribe, coordinador de Salud Ambiental del Instituto Departamental de Salud (IDS), aseguró que aunque esta situación se puede presentar en las piscinas que no están en constante uso y que no tienen un tratamiento con los químicos necesarios y los protocolos de sanidad, las piscinas que están abiertas al público no generan ningún tipo de riesgo.
Uribe enfatizó que las piscinas unihabitacionales, es decir, las que están en las casas, son más propensas a convertirse en un criadero de zancudos.
“Los dueños de estas piscinas las pueden tener sin uso y al estar así, obviamente va a generar agua estancada, que es la perfecta para el zancudo”, dijo el coordinador del IDS.
Lo complejo de la situación es que las autoridades no tienen un censo real de cuántas piscinas de este tipo existen en la ciudad.
Por eso, la recomendación del IDS es que los dueños mantengan un control estricto y se practiquen los tratamientos necesarios para que las piscinas no pasen de ser un centro de entretenimiento, a un ingrediente que aporte a la proliferación del zika.
“Cuando son piscinas que quedan sin uso por un periodo de tiempo, pasa lo mismo que en los tanques y en las fuentes de agua”, dijo Uribe.
Contrario a esto, las piscinas públicas están exentas de esta problemática, debido a que hay una filtración del agua y la adición de cloro que impide que se reproduzca el zancudo.
No obstante, el experto en control ambiental explicó que el agua de las piscinas es reutilizable y su calidad perdura durante muchos años, siempre y cuando se le apliquen los estándares de mantenimiento.
Uribe aseguró que en el departamento solo se han cerrado dos piscinas, una en El Zulia y otra en Chinácota.
Entre las labores de vigilancia de sanidad que adelanta el IDS están las muestras de agua para que se analicen en laboratorios, muestras de superficies para determinar si alrededor de la piscina hay hongos, o un riesgo biológico.
El instituto acude con mayor eficacia cuando se instaura una queja por un problema de salud que se haya generado tras el uso de una piscina.
Entre las enfermedades más comunes se encuentran la dermatitis, infecciones en oídos, ojos, o problemas gastrointestinales por ingerir esta agua.
En Cúcuta y en el resto del departamento existen 210 piscinas de uso público, 135 están en la capital de Norte de Santander.
El grupo de Policía de Turismo y Patrimonio Nacional en coordinación con funcionarios de la Secretaría de Salud, adelantaron un control de vigilancia en locales comerciales que prestan servicio de piscina para revisar la documentación reglamentada para su funcionamiento y al mismo tiempo constatar el cumplimiento de los protocolos de salubridad requeridos.
En la inspección se hallaron irregularidades en el cumplimiento de las normas para el funcionamiento de los establecimientos comerciales y la seguridad en las piscinas.
Por lo tanto, las autoridades impusieron un comparendo administrativo, en el que se les exigió a los propietarios de estos lugares remediar las falencias registradas.
Normas de seguridad
Entre las principales normas de seguridad que se deben cumplir en las piscinas están:
No permitir el ingreso de menores de 12 años sin la compañía de un adulto; mantener permanentemente el agua limpia y sana; tener un botiquín de primeros auxilios; permanecer en el área de la piscina por lo menos dos flotadores circulares con cuerda y un bastón con gancho; escribir en colores visibles y en letra grande, con claridad, para cualquier persona, la profundidad máxima de la piscina; deberá haber en servicio las 24 horas del día en el sitio de la piscina, un teléfono para llamadas de emergencia; disponer de sensores de movimiento o alarmas de inmersión.
Los clubes privados deben contar con una persona salvavidas por cada piscina en los horarios de funcionamiento, que esté capacitado por una institución.
José Trinidad Uribe aseguró que hay falencias de consideración en el cumplimiento de estos requisitos que complementan un factor determinante para la seguridad de los bañistas, y esto, de alguna forma, afecta la salud de los usuarios.