Cambio de era para el Newcastle: un fondo saudita adquirió oficialmente este jueves el club de fútbol de la ciudad del norte de Inglaterra al término de largas negociaciones y a pesar de la oposición de asociaciones de defensa de los derechos humanos.
"Estamos sumamente orgullosos de convertirnos en los nuevos propietarios del Newcastle United, uno de los clubes más célebres del fútbol inglés", declaró en un comunicado el dirigente del fondo saudita, Yasir Al-Rumayyan.
"Damos las gracias a los aficionados del Newcastle por su apoyo de una lealtad increíble desde hace años y estamos muy entusiasmados por trabajar con ellos", añadió.
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El Newcastle, que era propiedad de Mike Ashley desde hacía 14 años, fue así adquirido por un consorcio que incluye el fondo de inversión saudita, PCP Capital Partners y los hermanos David y Simon Reuben.
Ambición de títulos
La directora general de PCP Capital Partners, Amanda Staveley, afirmó por su parte que se trata de "una inversión a largo plazo", añadiendo que aspiran a lograr "títulos importantes".
Según medios británicos, la oferta se elevaría a 300 millones de libras (333 millones de euros/409 millones de dólares).
Los sauditas ya habían tratado de hacerse con las 'Urracas' en el verano europeo de 2020, aunque sin éxito, con motivo de la personalidad del príncipe heredero Mohamed bin Salmán.
La segunda tentativa fue finalmente la buena. "El club fue vendido al consorcio con efecto inmediato", según un comunicado de la Liga Premier, precisando que la instancia "recibió garantías que prohíben legalmente que el Reino de Arabia Saudita pueda controlar el club Newcastle United".
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De vuelta a la Liga Premier en 2017 luego de un año en la segunda división inglesa, este club popular del noreste de Inglaterra ocupa actualmente el puesto 19 tras siete fechas disputadas, mientras que los últimos momentos de gloria del club se remontan a los años 1990, cuando el equipo dirigido por Kevin Keegan y liderado por el delantero Alan Shearer llegó a pelear por conquistar la Premier.
El Newcastle entra en el círculo de los clubes que dependen de inmensas fortunas de los países del Golfo, como los casos del Manchester City, bajo pabellón emiratí en 2008, o la compra del París SG por el fondo de inversión catarí QSI en 2011.
El poder saudita marca así un poco más su presencia en el mundo del deporte, mientras el país acoge grandes carreras de automovilismo como el Rally Dakar desde 2020, o próximamente una etapa del Mundial de Fórmula Uno, una forma de responder a la política ambiciosa de sus rivales regionales como Catar, organizador del Mundial-2022 de fútbol.
Preocupación por derechos humanos
Aunque antiguos jugadores del club como Shearer manifestaron su alegría por la culminación de la operación, y aunque centenares de aficionados se congregaron en torno al mítico estadio St James' Park para celebrar la compra, la irrupción de una potencia así en el fútbol inglés preocupa asimismo a los militantes por los derechos humanos.
Antes de la oficialización de la operación, Amnistía Internacional pidió a la Liga Premier que endureciera los criterios para poder adquirir un club de fútbol en Inglaterra.
"Con Mohamed bin Salmán, la situación de los derechos humanos en Arabia Saudita sigue siendo desastrosa: los críticos con el gobierno, los activistas por los derechos de las mujeres, los activistas chiitas y los defensores de los derechos humanos siguen siendo acosados y encarcelados, a menudo tras juicios manifiestamente injustos", declaró el director general de Amnistía UK, Sacha Deshmukh.
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"En lugar de permitir a gente implicada en graves violaciones de los derechos humanos entrar en el fútbol inglés simplemente porque tienen los bolsillos llenos", la ONG pidió "a la Liga Premier cambiar sus criterios (de selección) de los propietarios y directores" de sus clubes.
'MBS' fue señalado por responsables turcos y estadounidenses como el que ordenó el asesinato del periodista Jamal Khashoggi, ocurrido en octubre de 2018 en el consulado saudita en Estambul. 'MBS' dijo más tarde que asumía, como dirigente, la responsabilidad del asesinato, pero negó tener conocimiento del mismo antes de que se cometiera.