Lo capturaron por narcotráfico mientras vestía una camiseta del América de Cali, el club que lo elevó al estrellato. El exfutbolista Anthony de Ávila, preso en Italia, protagoniza el capítulo más reciente de un viejo y sórdido romance entre el fútbol y el narco en Colombia.
El "Pitufo", apodado así por sus 1,57 metros de estatura, fue arrestado el pasado 20 de septiembre en la céntrica plaza Enrico De Nicola de Nápoles, en el sur de Italia.
"La policía había sido alertada con información que indicaba la presencia en la ciudad de sudamericanos que habían venido a encontrarse con traficantes locales", relató a la AFP Davide Della Cioppa, jefe de la comisaría de policía encargada de la detención.
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Llevaba la camiseta escarlata del América de Cali, club del que es el máximo goleador histórico con 208 tantos.
"Afirmó ser un turista, pero cuando se le preguntó dónde se alojaba, respondió que en la estación (del metro)", lo que despertó las sospechas de los uniformados, agregó Della Cioppa.
Tras llevarlo a un puesto de policía, las autoridades italianas descubrieron que De Ávila, de 58 años, había sido condenado a prisión en 2004 por narcotráfico.
El exdelantero "afirma que es inocente y que no sabía que fue condenado y buscado", dijo al diario El País de Cali su abogado, Fabrizio de Maio, quien considera una "misión imposible" evitar la condena de 12 años.
"Estamos averiguando cómo es la situación de Ánthony en estos momentos para ver la forma de ayudarle", dijo al mismo diario Tulio Gómez, máximo accionista del América.
No sería la primera vez que un futbolista del país que más cocaína produce a nivel mundial termina en enredos judiciales por vínculos con el narcotráfico.
"Lavandería"
En Colombia, que según la ONU produjo 1.228 toneladas de esa droga en 2020, las ganancias de los negocios ilegales han penetrado al balompié, las campañas electorales, el mundo ecuestre y los reinados de belleza.
En los años 80 y 90, cuando los clubes colombianos tuvieron destacadas participaciones a nivel continental, "solo un equipo estaba excluido de tener entre sus socios personas (...) que estaban investigadas por manejo irregular de dólares", explica a la AFP Ignacio Gómez, coautor del libro "Los amos del juego".
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Tener un equipo "era un activo" para algunos capos y una herramienta de popularidad para otros, agrega el periodista, cuya investigación develó la relación entre la mafia y ese deporte. "Era una lavandería natural" de recursos en un mercado que mueve grandes sumas de dinero.
El equipo de los amores del "Pitufo" de Ávila, América de Cali, fue incluido en 1999 en la Lista Clinton, elaborada por Estados Unidos para señalar a empresas relacionadas con el narcotráfico.
Y no solo los clubes han terminado implicados.
Jhon Viáfara, campeón de la Copa Libertadores con el Once Caldas en 2004, paga condena en una prisión estadounidense desde 2020. Es señalado de hacer parte de una red trasnacional relacionada con el Clan del Golfo, la mayor banda narco del país.
El año pasado, el exjugador del Real Madrid Edwin Congo salió salpicado en un operativo de la policía española para incautar una tonelada de cocaína.
Los exinternacionales Freddy Rincón, Diego León Osorio, Luis Alfonso "Bendito" Fajardo y Wilson Pérez también tuvieron líos similares por lavado de activos y narcotráfico.
Dedicatoria
El veloz "Pitufo" jugó para el América entre 1982 y 1996, la época más gloriosa de 'La Mechita', que disputó tres finales consecutivas de la Copa Libertadores (1985, 86 y 87).
La era dorada coincidió con la influencia en la junta directiva de los hermanos Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela, jefes del Cartel de Cali capturados en los años 1990 y condenados en Estados Unidos por narcotráfico.
Esa organización llegó a ser la principal expendedora de cocaína del mundo después de la muerte de Pablo Escobar, capo del Cartel de Medellín y su enemigo acérrimo, en 1993.
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Durante la confrontación, "el Cartel de Cali empezó a hacer una bolsa importante de jugadores y el Cartel de Medellín otra", agrega Gómez.
En 1997, durante las eliminatorias al Mundial de Francia-98, De Ávila le dio a la selección Colombia una victoria 1-0 ante Ecuador que encaminó la posterior clasificación.
Al final del partido soltó: "Este triunfo se lo quiero dedicar a unas personas que están privadas de la libertad".
"Yo creo que no hay necesidad de dar nombres, pero con mucho amor y con mucha humildad se lo dedico a ellos, que son Gilberto y Miguel", dijo De Ávila rodeado de reporteros y un policía.
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