Una flauta retumbó en el escenario, dos artistas ocuparon la tarima y mientras uno se sentó frente al público, el otro danzó en el aire. La acróbata le coqueteó a su pareja, lo persiguió, se miraron y uniendo sus manos se fundieron en un baile, un romance y un beso que le dio apertura a la gala de cierre del VIII Laboratorio Nacional de Circo, que tuvo a Cúcuta como sede.

La velada cultural colmó de alegría a los asistentes al teatro Zulima, donde los 60 artistas de 13 departamentos colombianos que recibieron formación en dramaturgia, dirección y actuación durante 10 días, dieron a conocer su talento para el arte circense.

(El show de la 'Jirafa salsera' alegró a los cucuteños que participaron en la gala de clausura.)

Fueron 13 actos en los que se observó el ingenio de los artistas para crear espectáculos de circo, en los que se apreció tanto lo tradicional como lo conceptual y contemporáneo.

En tarima estuvieron un cuatrero llanero, un sonámbulo enamorado y se apreciaron shows de acrodanza, la jirafa salsera, malabares, cadenas aéreas y sombreros que parecían volar en el escenario.

Al final del espectáculo todos los artistas se fundieron en un abrazo y sobre las tablas del Zulima dieron saltos en señal de agradecimiento con la formación que les ofreció el Ministerio de Cultura en convenio con la Fundación para el Desarrollo y el Progreso de Norte de Santander (Funpronor).

(Diógenes Quintero, integrante del colectivo cucuteño Baco Jarte y Arte, deleitó al público con un acto de acrodanza. Los perfectos movimientos del artista se destacaron en el teatro Zulima.)

El formador Pablo Andrés López, quien vino de la Escuela Internacional de Creación Teatral de Buenos Aires (Argentina), dijo que el circo como movimiento está viviendo un momento histórico en Colombia.

“Los artistas tienen diversas habilidades y en su quehacer exploran puestas en escena. A diferencia de Argentina hay una fuerte presencia del circo tradicional y se unen esfuerzos por alcanzar un circo de identidad”.

(Alegría fue la sensación que transmitieron los 60 artistas que participaron en el VIII Laboratorio Nacional de Circo.)

Esa mezcla de universos fue calificada por el también formador Juan Carlos Agudelo, en un aspecto interesante que enriquece el día a día del artista de circo. 

“Durante los 10 días de intensa formación se logró reunir en un mismo espacio a artistas de trayectoria con los que apenas empiezan. Esto genera confrontación, hallazgos, alegría, rabia; es un cúmulo de sensaciones que avivan el arte circense colombiano”.

('Aérea straps. Respeta lo mio', fue el nombre dado a la presentación que dio apertura a la velada cultural.)

El éxito del Laboratorio en concepto del maestro de dramaturgia, Eugenio Gómez Borrero, radicó en el interés de los estudiantes por apropiar conocimientos, explorar e investigar.

“Está claro que se necesitan más espacios como estos para proyectar el circo. Cuando un artista se plantea hipótesis creativas está dándole sentido a su arte y las respuestas aparecen a lo largo de la vida”.