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Grupos islámicos rechazan ayuda de EE.UU. contra el extremismo
El centro Bayan Claremont rechazó 800.000 dólares en fondos federales dirigidos a combatir.
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AP
Domingo, 12 de Febrero de 2017

Una escuela islámica de California quería mantener la mente abierta antes de que Donald Trump asumiera la presidencia de Estados Unidos. Pero menos de un mes después de la investidura, el centro rechazó 800.000 dólares en fondos federales dirigidos a combatir el extremismo violento. La junta de la escuela de graduado Bayan Claremont decidió rechazar el dinero -una suma que cubriría más de la mitad de su presupuesto anual- tras semanas de debates y noches en vela. Muchos en la junta creían que la retórica de Trump, que se centra de forma específica en el extremismo cuando es de carácter islámico, así como sus restricciones migratorias, que afectan a países de mayoría musulmana, habían llegado demasiado lejos.

La escuela se convirtió en la cuarta organización en todo el país que ha rechazado el dinero desde que Trump asumió el cargo. Las donaciones forman parte de un programa creado durante el mandato del expresidente Barack Obama conocido como CVE (siglas en inglés de contrarrestar el extremismo violento), que según las autoridades pretende hacer frente a la capacidad de los grupos extremistas de reclutar a futuros terroristas.

Bayan Claremont había recibido la segunda donación más grande, una de las primeras 31 subvenciones federales que el CVE asignaba a organizaciones, escuelas y localidades en los últimos días del gobierno de Obama.La escuela confiaba en emplear el dinero para ayudar a crear una nueva generación de líderes comunitarios musulmanes, con 250.000 dólares destinados a más de una docena de organizaciones locales sin fines de lucro que hacen labores sociales.

Pero el presidente fundador de la escuela, Jihad Turk, dijo que los directivos habían concluido que aceptar el dinero haría más daño que bien. Es “un montón de dinero, pero nuestra misión y nuestra visión es servir a la comunidad y llevar a la comunidad a una posición de excelencia”, dijo Turk. “Y si estamos comprometidos, aunque sólo sea en apariencia en términos de nuestra posición en la comunidad, al final no podemos alcanzar ese objetivo”, dijo, añadiendo que aceptar el dinero sería cortoplacista. 

El debate interno de la escuela es un ejemplo de la angustia registrada en organizaciones de bases y sin fines de lucro implicadas en el programa en las últimas semanas.

En la Unity Productions Foundation de Potomac Falls, Virginia, los responsables dijeron que rechazarían una subvención de 396.585 dólares para producir películas educativas que cuestionaran los mensajes en apoyo del extremismo violento y las ideologías extremistas “debido a los cambios traídos por el nuevo gobierno”, según un mensaje privado a los donantes de la fundación al que tuvo acceso The Associated Press.

Y en Dearborn, Michigan, el grupo Leaders Advancing and Helping Communities dijo la semana pasada que rechazaría 500.000 dólares destinados a desarrollo de jóvenes y programas de salud pública debido al “actual clima político”. Ka Joog, una importante organización somalí sin fines de lucro en Minneapolis, también rechazó 500.000 dólares para sus programas juveniles. El Departamento de Seguridad Nacional no respondió en un primer momento a una petición de comentarios.

Un miembro del gobierno dijo que el equipo de Trump estudia cambiar el nombre del programa, establecido en 2011 como una estrategia presidencial, por las siglas de “contrarrestar el extremismo islámico”. El funcionario, que tenía conocimiento de las conversaciones, habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizado a hablar de forma pública sobre la propuesta.

En total se ha rechazado más del 20% de los 10 millones de dólares donados por el Departamento de Seguridad Nacional. Y otros grupos han dicho que podrían hacer lo mismo si se cambia el nombre del programa.

Turk señaló que la dirección de la escuela ya tenía sus reservas sobre la estrategia del CVE durante el gobierno de Obama porque sentían que no hay una ruta clara o demostrada a la violencia para alguien con una ideología extrema concreta.

El grupo siguió adelante, pese a las preocupaciones de algunos activistas de que el programa equivaliera a un programa de vigilancia del gobierno, porque creían que el gobierno anterior no era hostil a su religión.

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